En su casa de Zaragoza y rodeado de los suyos, falleció ayer Luis Horno Liria, crítico literario y escritor. Nacido en la capital aragonesa el 5 de mayo de 1915 e hijo del alcalde y ginecólogo Ricardo Horno, este hombre destacó por su obra pero también por su humanidad, plasmada en un carácter dulce y generoso del que hizo gala hasta el último momento, según destacó su hija Elena.

En lugar de seguir la tradición médica de su familia, Luis Horno optó por estudiar Derecho en la Universidad de Zaragoza, siendo discípulo (y más tarde albacea y biógrafo) del catedrático Juan Moneva. Pronto empezó a interesarse por el periodismo, campo en el que se introdujo con colaboraciones en el Noticiero de Zaragoza y que le llevó a demostrar su agudeza crítica en Heraldo de Aragón desde 1937 y durante casi medio siglo.

Hombre ilustrado, profundo católico, melómano, buen conversador y amigo de sus amigos, este zaragozano fue también director de la UNED, profesor de Derecho Canónico, secretario del Canal Imperial y presidente del Ateneo. Asimismo, escribió numerosos libros volcados en su tierra, como la trilogía De mi ciudad , estudios pulcros como Aragón en Azorín o compendios más recientes como De viva voz , publicado en 1997 y que reunía en un volumen treinta charlas impartidas por este profesor, que también fue acreedor de premios como el de las Letras de Aragón o el Ciudad de Zaragoza.

Cumpliendo sus últimos deseos Luis Horno recibirá sepultura cristiana en su tumba familiar del cementerio de Torrero, donde descansará con los suyos. El martes, a las 13 horas, se celebrará un funeral en su memoria, en Santa Engracia.