Un esquiador vecino de Logroño y de 51 años falleció este sábado al sufrir una grave caída por un barranco cuando, según testigos presenciales, se encontraba fuera de pistas en Loma Verde, en el término municipal de Aísa.

Iba acompañado de su hijo y de un amigo de este último, ambos menores. Tras llamar al 112 para pedir ayuda, los propios montañeros y otros dos esquiadores que acudieron en su ayuda intentaron las maniobras cardiopulmonares de reanimación hasta que llegó el personal de emergencia la estación de Candanchú, si bien no pudieron hacer nada por su vida.

Al lugar también se desplazaron especialistas de la Guardia Civil de montaña. Concretamente, el Sereim de Jaca, la Unidad Aérea de Huesca y un médico del 061, que evacuaron tanto al fallecido, al depósito del hospital de Jaca, como a los dos jóvenes. El siniestro tuvo lugar sobre las 15.30 horas en la zona perteneciente al término municipal de Aísa cuando por circunstancias que está investigando la Guardia Civil se precipitó desde una altura de 200 metros. La zona de Loma Verde presentaba nieve polvo con base dura y placas de hielo, además de ser un itinerario sin balizar y sin pisar situado lejos de las pistas de esquí y al que se llega después de realizar una travesía.

Por otro lado, otro esquiador de 47 años resultó herido en Formigal. Desde la estación solicitaron la ayuda del helicóptero del 112 SOS Emergencias Aragón para asistirlo de un fuerte traumatismo, siendo trasladado al hospital universitario Miguel Servet de Zaragoza. Allí permanece ingresado en planta. Fuentes sanitarias señalaron que no había riesgo vital.

Mientras, la joven de 19 años accidentada en Panticosa el jueves sigue ingresada en la uci del hospital Clínico Lozano Blesa. También tuvo que ser trasladada de urgencia en el helicóptero del 112 y su pronóstico es estable dentro de la gravedad.

Aragón concentró el 40% de los montañeros muertos en todo el país durante el verano. Entre junio y septiembre se registraron 15 víctimas mortales, frente a los 17 del 2018.