El hombre que resultó gravemente herido el pasado jueves por un incendio en la casa donde vivía, en el barrio zaragozano de Delicias, acabó por fallecer en torno a las 13.30 horas del viernes en el hospital Miguel Servet como consecuencia de las lesiones, que afectaban al 90% de su cuerpo. No se facilitan datos de su identidad dado que el cuerpo sigue sin estar plenamente identificado, por el estado en el que quedó, y harán falta los resultados de los análisis genéticos para certificar la defunción.

Mientras, otra de las vecinas del inmueble sigue recuperándose en el hospital de la operación en la pierna que precisó, tras tirarse por el balcón del primer piso para huir de las llamas. La Policía Nacional amortiguó la caída con mantas, pero no pudo evitar por completo las lesiones de la mujer.

Paralelamente, la Policía Científica continúa analizando las causas del siniestro, que sigue considerándose fortuito. Si el jueves se especulaba con un cigarrillo o una estufa, parece que es esta segunda, por algún tipo de fallo eléctrico, la que aparece como hipótesis más probable, según fuentes consultadas.

El siniestro se produjo el jueves por la mañana en el 1º A del número 6 de la calle San Roque, en el citado barrio de Delicias. El fuego se inició en una de las habitaciones del piso compartido, en el que en aquel momento había cuatro personas.

Al forzar la puerta para el rescate, los Bomberos de Zaragoza descubrieron al que luego resultaría fallecido, hecho un ovillo junto a la puerta y ya en estado crítico por las heridas. Otra de las residentes era la que saltó por la ventana, y un tercero huyó igualmente pero a través del patio interior, logrando salir de la casa a través de la de unos vecinos. Todos los del inmueble lo abandonaron, por precaución.

Conforme avanzaban por la casa apagando las llamas, los bomberos descubrieron, en la última habitación a otra mujer en silla de ruedas. Esta se salvó del incendio precisamente por tener la puerta cerrada, y apenas había inhalado algo de humo cuando fue rescatada.

La casa, aparentemente, era un piso compartido, según apuntaba el testimonio de algunos vecinos y el hecho de que solo uno de los residentes aceptara la oferta municipal para alojarse en el albergue, en lugar de ir todos, si hubiese sido una familia.