Dos jóvenes de 22 y 18 años fallecieron en la madrugada del sábado en la localidad de San Mateo de Gállego al chocar su motocicleta con un árbol tras salirse de la carretera. Los fallecidos vivían en Villanueva de Gállego y Zaragoza, pero pasaban algunos fines de semana del verano en la localidad.

El suceso se produjo en torno a las 4.00 horas de la madrugada del sábado, cuando los jóvenes se dirigían hacia una zona de copas de la localidad en la motocicleta Honda CBR 600F. El conductor, Eduardo G.R., de 22 años, y su acompañante, Carlos M.M., de 18 años, se salieron de la calzada y chocaron contra un pino. Pese a que los jóvenes llevaban puesto el casco, murieron prácticamente en el acto.

Sobre las 5.30 horas acudieron al lugar varias ambulancias y la Guardia Civil para constatar el fallecimiento de los jóvenes y proceder al levantamiento de los dos cadáveres. Cuando los cuerpos de seguridad los descubrieron, los dos yacían en el suelo, aunque sólo uno llevaba puesto el casco. El otro fallecido, tenía el casco a unos 20 o 30 centímetros de su cuerpo, aunque "se sabía que en el momento del accidente lo portaba, ya que ninguno de los dos, y a pesar del golpe, estaban desfigurados", declaró el alcalde de la localidad, Jesús Villagrasa.

MALA SUERTE El tramo en el que ocurrió el suceso es "peligroso, ya que tras la recta viene una curva que es muy cerrada y que si no se conoce dificulta el control del vehículo", declaró el primer edil. Por este motivo se sospecha que los jóvenes tomaron la recta y "tras un despiste, ya no pudieron controlar la llegada de la curva y chocaron contra el árbol", apuntó al respecto Villagrasa. Tras las primeras investigaciones, se ha descartado por el momento que el desgraciado incidente se produjera por un exceso de velocidad.

El suceso ha conmocionado a San Mateo, porque "aunque los jóvenes no eran vecinos de la localidad, tenían mucha relación con el pueblo y contaban con muchas amistades, incluso tenían una cuadrilla de amigos. Además, uno de ellos, el de Zaragoza, jugaba a fútbol sala en un equipo de la localidad", comentó Villagrasa.

El alcalde explicó que el accidente fue un caso de poca fortuna, ya que "el pino contra el que chocaron tiene 70 centímetros de diámetro. Si ese árbol no hubiera estado allí o hubiera sido más pequeño, hoy estarían vivos y todo habría quedado en un susto. Han tenido muy mala suerte", lamentó. Tanto para el pueblo como para el alcalde "el suceso ha sido muy desagradable, sobre todo porque eran jóvenes".