L a noche del martes al miércoles, el lobo volvió a atacar en Perdiguera, por segunda vez en menos de una semana, y acabó con la vida de nueve ovejas. El rebaño ovino, que se encontraba cercado con vallas eléctricas de un metro, estuvo vigilado hasta las dos de la mañana como medida de precaución, por los constantes casos que se han registrado en los últimos meses. Sin embargo, no resultó suficiente porque cuando los propietarios fueron a ver al ganado por la mañana se encontraron la cerca rota y varios ejemplares con las tripas fuera.

Al parecer, el lobo brincó la valla y las ovejas la consiguieron romper para escapar. El problema que se plantea es que el animal parece que no se come a las ovejas, sino que «juega» con ellas. Joaquín Murillo, el propietario afectado, explicó a este periódico que «las nueve se encontraban degolladas con los intestinos colgando, pero que el lobo las dejó vivas sufriendo».

El ganadero criticó que «además de no contar con el apoyo de la Administración ni con soluciones eficientes, hay mucha gente con ideas utópicas que cree que es posible la convivencia del lobo en este territorio», algo que los ganaderos de las zonas afectadas consideran inviable. Aclaró que esta situación «rompe sus esquemas y condiciona su vida», porque no pueden pasarse «las 24 horas del día vigilando a las ovejas».

Joaquín solo encuentra dos opciones: dejarlas en los pastos donde «deberían estar y esperar a que pase otra carnicería» o llevarlas a su casa donde tendría que darles de comer todos los días. «Las ovejas también son seres vivos y para los que las tenemos en casa y las hemos criado es muy duro encontrarlas así», explicó el propietario.

Tras estas situaciones, los afectados no solo tienen que hacer frente al coste de las muertas en el acto, sino también de los múlriples abortos y de las heridas, por las que acaban muriendo.

La mayor preocupación de los ganaderos es que los ataques se están generalizando. La madrugada del pasado sábado, el animal acechó a un rebaño a un kilómetro de Perdiguera. Murieron dos ovejas y otra fue herida de gravedad. Y unas horas antes, cuando aún había luz del día, se encaró con dos pastores en San Mateo de Gállego.

Con estos últimos ataques, ya van más de 370 ovejas muertas en cuatro meses. Todos están circunscritos a la comarca de Monegros y a las zonas limítrofes. De momento, solo se sabe de la existencia de un lobo y se cree que es de origen italiano y que ha llegado desde Cataluña.