En los casos de agresión sexual o de robos con fuerza y violentos a los arrestados no solo se les toma las huellas para la ficha policial, sino también muestras biológicas por si reinciden. Así lo marca el protocolo y, gracias a él, la Policía Nacional ha podido resolver un asalto violento ocurrido en el 2019 en un restaurante de la calle Doctor Cerrada de Zaragoza.

La Brigada de Policía Científica de la Jefatura Superior de Aragón analizó un vaso entregado por la víctima y vio que el ADN presente coincidía con la muestra tomada a H. M. M., de 20 años y de origen brasileño, tras su detención por el robo de cuatro establecimientos hosteleros en la capital aragonesa.

El propietario del establecimiento denunció entonces que sobre las 04.00 horas del mes de octubre del 2019, uno de los dos chicos con los que había entablado una conversación amistosa y a los que había invitado a tomar un trago mientras él recogía el local, se abalanzó sobre él, le tiró al suelo y se aprovechó de su indefensión para robarle un teléfono móvil valorado en unos 350 euros y un portátil de 1.200. La vajilla empleada por el sospechoso fue enviada a analizar al laboratorio que la Policía Nacional tiene en Barcelona, ya que la promesa de instalar uno en Zaragoza sigue sin cumplirse por parte del Ministerio del Interior, donde extrajeron ADN de un varón y lo cotejaron con la base policial y coincidía.

Una vez identificado, el Grupo de Robos con Violencia de la Jefatura Superior de Policía de Aragón inició una investigación para localizar y detener a H. M. M., quien pasó ayer a disposición del Juzgado de Instrucción número 9 de Zaragoza, cuyo magistrado acordó la libertad provisional. Asistido por la abogada Marina Ons, el joven aseguró que no se acordaba de nada y que no robó con violencia nada. La última vez que fue arrestado protagonizó junto a otro chico un persecución por las calles de Zaragoza que finalizó después de un accidente con la moto con la que trataron de huir de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Policía Nacional.

Minutos antes, un vecino del barrio Parque Goya había llamado a la sala del 091 porque escuchaba ruidos procedente de un bar y hasta el lugar se personaron varias patrullas. Era de noche. Se les intervino en una mochila tres cajetines de máquinas tragaperras conteniendo 946,20 euros, guantes y diversos objetos para perpetrar los hechos delictivos. Las labores de investigación posteriores realizadas por la Comisaría de Actur-Rey Fernando pudieron determinar que los dos detenidos eran los presuntos autores de otros robos con fuerza cometidos en bares del barrio de Miralbueno y en la plaza de los Sitios de Zaragoza durante los últimos meses.

Por otra parte, la Policía detuvo a O .J. H .G., de 44 años y de origen español, como presunto autor de dos robos con fuerza en establecimientos comerciales de Zaragoza, doce horas antes del arresto del primer sospechoso, permitió a los investigadores resolver un robo perpetrado cinco meses antes en la capital aragonesa.

La detención de este sospechoso se produjo poco después de que accediera a dos establecimientos del centro de la ciudad para apoderarse de las recaudaciones.

Una vez en dependencias policiales, mientras se realizaban los trámites previos a su puesta a disposición judicial, los investigadores comprobaron que al detenido le constaba una orden de búsqueda y detención tras aparecer sus rasgos de ADN en un robo que se había producido cinco meses atrás.