Una mujer centenaria resultó ayer ilesa tras hundirse su vivienda en el pueblo zaragozano de Cabañas de Ebro. Miguela Gracia, de 102 años, dormía apaciblemente cuando la casa, una vieja construcción de adobe de tres plantas, se vino abajo en medio de un gran estruendo.

Los Bomberos de la Diputación de Zaragoza, que desplazaron al lugar del siniestro un brazo articulado, entraron a la casa para rescatar a la anciana, cuyo dormitorio no se vio afectado por el derrumbe.

"Miguela estaba en perfecto estado, sin saber muy bien lo que había ocurrido", indicó ayer uno de sus familiares. El edificio se desplomó a las 07.50 horas. En ese momento sólo se encontraban en su interior la anciana y una sobrina, Pilar Navarro, que tampoco sufrió daños.

Las plantas superiores de la casa se desplomaron sobre la tienda existente en los bajos, que no estaba abierta a la hora en que se produjo el siniestro. Un amasijo de ladrillos de adobe, tejas, cañizos y vigas de madera invadió la calzada y obligó al cierre de la calle al tráfico.

"Ha habido mucha suerte", comentó el vecino de Cabañas Luis Villarroya. "Si la casa llega a hundirse a media mañana, hubiera ocurrido alguna desgracia porque a esa hora siempre hay mujeres comprando en la tienda".

GRIETA EN LA FACHADA Según un testigo presencial, Pilar Navarro se hallaba preparando la mercancía en la tienda cuando oyó un ruido, salió a la calle y observó que se había formado una grieta en la fachada que se abría cada vez más.

"¡Que se me cae la casa!", exclamó la mujer. "Instantes después, la fachada se ha caído y el granero, el cuarto de estar y la tienda han quedado al aire, como partidos por la mitad", comentó el mismo testigo.

Se ha abierto una investigación para determinar la causa del hundimiento del edificio. Sin embargo, en Cabañas, un pueblo de medio millar de habitantes, son muchos los vecinos que piensan que la casa pudo sufrir filtraciones a raíz del desbordamiento del Ebro en febrero del año pasado. El río pasa a unos doscientos metros de distancia del edificio siniestrado.

Otros vecinos creen que la casa se desplomó debido a las obras de renovación del alcantarillado que se llevan a cabo en la actualidad y que han supuesto la excavación de zanjas en todas las calles del pueblo.

"No sabemos la causa concreta del hundimiento", aseguró ayer el arquitecto municipal, Pedro Tirado, que dirigió los trabajos para apuntalar la parte del edificio que no se desplomó. "Estos siniestros --apuntó-- siempre se deben a una conjunción de causas diversas, nunca a una sola, aunque lo cierto es que nunca se había caído una casa en Cabañas".

Miguela Gracia, que no precisó asistencia sanitaria, fue trasladada a casa de un familiar, mientras que Pilar Navarro se recuperaba de una crisis nerviosa.