«Somos diversas y eso nos hace más fuertes», se gritó anoche en la plaza del Pilar de Zaragoza como colofón a una jornada reivindicativa que sin superar las cifras del pasado año reveló que el movimiento feminista mantiene una capacidad de movilización por encima del resto de colectivos. Esa variedad de la que hacen gala estuvo ejemplificada por las mujeres afectadas por las hipotecas, discapacitadas, de empleos precarios, con conflictos laborales, así como las gitanas o representantes chilenas portaron la pancarta durante todo el recorrido.

El lema de cabecera en la capital aragonesa fue de nuevo Si nosotras paramos, se para el mundo. En el manifiesto se hizo especial referencia a la llegada de la ultraderecha a las instituciones. «Su misoginia no nos asusta», indicaron a la hora de reivindicar espacios sociales en los barrios y criticar los recortes en la políticas de igualdad y de prevención contra las violencias machistas.

No hay mascarilla que nos proteja del machismo, Ojalá los únicos violadores que existan sean los Violadores del Verso o El akelarre ha despertado de nuevo se podía leer en las pancartas. La portavoza del 8-M en Zaragoza, Patricia de Miguel, destacó que la lucha feminista tiene que hacerse insistente. «No es solo una jornada en la calle», reflexionó. «Estamos trabajando desde todos los barrios y queremos seguir trabajando en este aspecto, pues la reivindicación tiene que ser de todos los días del año».

Las cifras oficiales de asistencia (unas 10.000 personas) han sido inferiores a las del año anterior, pero desde la organización consideran que la convocatoria es muy diferente. Además cae en domingo, justo después de la Cincomarzada. «Lo importante es que hemos salido a la calle un año más». Las marchas se repitieron en numerosos puntos de la comunidad, destacando por asistencia las celebradas en Huesca y Teruel.

Lo contrario al feminismo es la ignorancia, ¿Te cansas de oírlo?, nosotras de vivirlo o el polémico Sola y borracha quiero llegar a casa fueron algunos de los lemas que se pudieron ver por las calles de Zaragoza. «Ser mujer no puede ser un motivo de riesgo», insistieron desde la plaza del Pilar Ana Asensio y Nuria Tejedor.

La diversidad que se reivindicó en la marcha aportó colorido. Y simbolismos nuevos. Las llamativas máscaras de la red chilena en Aragón permitió visibilizar el feminismo latinoamericano. «La respuesta ante nuestras reivindicaciones es muy positiva, las chicas de Zaragoza también son unas mujeres guerreras», explicó Gabriela Libertad. También se vieron pañuelos verdes como los que usan en Argentina para reivindicar el derecho al aborto.

Sorprendió la existencia de una zona no mixta en el comienzo de la marcha, protegida por un cordón morado que llevaban decenas de voluntarias. La asociación Somos Más, un grupo de mujeres supervivientes víctimas de violencia de género, abandonó ese espacio por su desacuerdo en su concepción. «Íbamos 15 personas y entre nosotras había dos hombres, compañeros, amigos y miembros de la asociación», explicó la vicepresidenta, Natalia Morlas. Desde la asociación mostraron su enfado e indignación por este hecho que no era «la primera vez» que les pasa, debido a que hace dos años tuvieron un problema similar.

Más allá de incidentes aislados, se hizo una denuncia por el aumento de la elegetebefobia y la transfobia, un problema que debería abordarse con «educación feminista». Además, desde la organización recordaron que está a la espera de una ley de igualdad, de una modernización del sistema judicial ante casos de violencia machista y de medidas para terminar con la brecha salarial, una realidad que ya reconocen hasta las organizaciones empresariales.

A la manifestación asistieron (aunque en la zona final) representantes de todos los partidos políticos de Aragón (menos Vox), que expresaron de diferentes maneras su apoyo a las reivindicaciones feministas. El presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, llamó trabajar para alcanzar «la igualdad real y efectiva».

La vicealcaldesa de Zaragoza, Sara Fernández, de Cs, celebró que en los últimos años se ha avanzado «mucho en la igualad de derechos y oportunidades de las mujeres, pero por desgracia queda mucho trecho por recorrer». Y la secretaria general del PP en Aragón, Mar Vaquero, pidió un feminismo que no esté «cargado de ira».