Una mujer de nacionalidad española y 51 años de edad, M. M. E. P. D., fue detenida en la localidad de Zuera (Zaragoza) por una presunta tentativa de envenenamiento de su compañero, al que suministraba una medicación distinta a la que tenía prescrita con la intención, al parecer, de acabar con su vida.
La detención se produjo el pasado sábado, a raíz de una denuncia de su compañero. Para demostrar la veracidad de su acusación, la supuesta víctima acompañó la denuncia de un certificado médico y unos análisis que determinaban que había ingerido unos tranquilizantes que no tenía recetados.
Al parecer, el hombre acudió a los servicios médicos del hospital Royo Villanova ante la sospecha de que era objeto de un intento de envenenamiento consistente en modificar las sustancias que debía ingerir.
Sin embargo, M. M. E. P. D., que reside en Zuera habitualmente, negó rotundamente las acusaciones de su compañero, tanto ante los agentes de la Guardia Civil que la detuvieron como ante el juez titular del Juzgado de Instrucción número 10, que se encarga del caso. El juez ordenó su ingreso en prisión con carácter preventivo, tras tomarle declaración.
Fuentes cercanas a la investigación indicaron que, si bien la pareja vive junta desde hace algún tiempo, la sospechosa y su compañero no están casados.
El último caso de supuesto envenenamiento guarda un cierto parecido con otro suceso similar ocurrido en el año 1992 en la localidad zaragozana de Sástago. Rosabel Sariñena se autoinculpó de las muertes por envenenamiento de su padre, Angel Sariñena, y de un amigo de éste, Manuel Miranda Martín.
Rosabel implicó en el caso, en calidad de inductora, a su amiga Begoña Miranda.
Sin embargo, los análisis practicados a los cadáveres determinaron que ambas personas habían fallecido en 1990 como consecuencia de las enfermedades que padecían y no, como mantenía Rosabel, por la ingestión de un insecticida que ella les suministraba. La investigación no aclaró si la mujer había sido objeto de presiones para confesar un doble crimen que no cometió.
