Una mujer de 39 años, M. C. G., perdió la vida ayer en aguas del Mar de Aragón, en el término de Chiprana, cerca de Caspe. El vehículo que conducía cayó al embalse tras colisionar con la parte delantera izquierda de un autobús en el momento en que ambos vehículos cruzaban un puente. La barandilla lateral no aguantó el impacto del turismo, que se precipitó al agua. Resultaron ilesos tanto el chófer del bus como los ocho viajeros que se hallaban en su interior.

El accidente se produjo a las 15.30 horas, pero el coche no fue extraído del pantano hasta las 19.50. Se hallaba boca abajo en el fondo del embalse, con la conductora dentro.

La operación de recuperación del cadáver fue llevada a cabo por efectivos de los Grupos Especiales de Actividades Subacuáticas (Geas) de la Guardia Civil, que debieron realizar tres inmersiones hasta completar el rescate.

El coche fue extraído del agua por una grúa que se sirvió de una cadena enganchada al eje trasero del turismo. El vehículo había sido localizado previamente por los Bomberos de la Diputación de Zaragoza, gracias al uso de una cámara subacuática.

La carretera donde ocurrió el siniestro, que tuvo lugar a la altura del kilómetro 44,5, es la autonómica A-221, que comunica Chiprana con Escatrón.

La víctima llevaba una semana trabajando para el Ayuntamiento de Caspe, donde se ocupaba del archivo y la biblioteca. Fuentes municipales señalaron que era de origen gallego y que, en el momento del accidente, regresaba a Zaragoza tras terminar su jornada laboral en dependencias del consistorio.

La Guardia Civil reguló la circulación durante varias horas en el tramo afectado por el accidente. Tras cortarse inicialmente el paso de vehículos, enseguida se estableció un paso alterno por uno de los carriles del puente.

El levantamiento del cadáver se llevó a cabo por el juez de guardia a las 20.45 horas, según informaron fuentes de la Benemérita.

Desde que empezó el año, 17 personas han perdido la vida en Aragón en distintos accidentes de tráfico: siete ocupantes o conductores de turismos, dos camionreos dos motoristas, cinco peatones y un tractorista.

Estas cifras representan un acusado incremento de la siniestralidad en la red viaria de la comunidad, dado que en el 2017, en el mismo periodo, el número total de víctimas mortales ascendía a once, descontando un conductor que sufrió un accidente tras un fallo cardiaco.