Hacía 35 años que la Estación del Norte del Arrabal no congregaba a tantos ciudadanos. Por sus salas volvían ayer a pasear cientos de personas que habían acudido a la inauguración oficial de la antigua terminal ferroviaria que cerró sus puertas al público a principios de los años 70. Ahora, reconvertida en centro cívico, lugar de encuentro para los mayores y de tiempo libre para niños de entre 7 y 14 años, recupera su esplendor y vuelve a la actividad.

Fueron el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, y el delegado del Gobierno en Aragón, Javier Fernández, los encargados de pronunciar el discurso inaugural. En el caso de este último, la intervención vino marcada por un toque emotivo ya que, según confesó a los asistentes, desde los seis años ha residido en las calles del entorno de la estación.

Tras la presentación oficial, la comitiva encabezó un breve recorrido por las instalaciones del recién rehabilitado edificio y posteriormente dio comienzo la actuación de la Spirit Dixie Jazz Band. El teniente de alcalde de Participación Ciudadana, Antonio Becerril, anunció que el nuevo centro cívico ya ha sido incluido en la red de programación del Ayuntamiento de Zaragoza e invitó a los asistentes a acudir a la charla que el montañero Carlos Pauner ofrecerá el 16 de diciembre para relatar su experiencia como superviviente.

Con la apertura de ayer, se cierra un libro de la historia de la arquitectura industrial zaragozana que no ha quedado exenta de fuertes polémicas tanto en su proceso de restauración como en la determinación final de los usos.