Las notas de Los titiriteros de Binéfar y su espectáculo No nos moverán pusieron el punto final a una multitudinaria marcha reivindicativa por las calles de Huesca que ayer pidió la paralización del embalse de Biscarrués. La coordinadora Río Gállego Vivo denunció que la obra destruirá un modelo económico «sostenible» basado en el turismo de calidad para apostar por «kilómetros de hormigón y cemento para nada».

Un tractor con varias pancartas abrió una marcha formada por los vecinos, empresarios y colectivos ecologistas de la provincia altoaragonesa. También estuvieron presentes furgonetas y barcas para el descenso de barrancos como metáfora de los negocios afectados por las aguas. «No queremos que nadie se muera de hambre, pero no queremos morir de hambre; no queremos que nadie se arruine, pero no queremos nuestra ruina; no queremos vetar el progreso de nadie, pero no queremos que hipotequen nuestro futuro», se afirmó en el manifiesto leido por algunas de las mujeres que mantienen la población en la zona. El río Gállego es la columna vertebral de nuestra historia, pero por desgracia lo están convirtiendo en sinónimo de destrucción, codicia, conflicto, ignorancia y dolor», denunciaron.

partidas para el lindano / Los organizadores piden que las partidas presupuestarias destinadas para la construcción de la presa se dediquen a la descontaminación del lindano que afecta a la cuenca. Para los próximos meses anuncian contactos con todos los grupos políticos para intentar revertir la situación. Además, el próximo 25 de junio celebrarán otra marcha multitudinaria por el centro de Zaragoza.

La coordinadora contra el pantano destacó también que Huesca es la provincia con más núcleos abandonados de España pero que, paradójicamente, la Galliguera es una de las pocas zonas donde la población ha crecido. «Los negocios han florecido en la comarca y las ayudas públicas han sido prácticamente inexistentes gracias al uso responsable del río Gállego y su entorno», detallaron.