Las políticas sociales han sido las más castigadas por los recortes de la crisis en los últimos años. A la hora de recortar gastos y de contener deudas las clases dirigentes han puesto en riesgo la perviviencia de los servicios públicos. El fenómeno ha sido global, como sucede habitualmente en un mundo interconectado, y las reacciones que ha suscitado tremendamente variadas. En algunos casos ha sido el futuro del propio sistema el que se ha puesto en cuestión.

La Universidad de Zaragoza albergó ayer una mesa redonda en la que se analizaron las propuestas de cuatro partidos políticos sobre el proceso de globalización en la asistencia social en una Europa cada vez más fragmentada. Por el momento, la tendencia parece positiva tras el último ciclo electoral, según la mirada del secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad del PP, Mario Garcés; la cofundadora de Podemos, Carolina Bescansa; el portavoz de Universidades del PSOE, Ignacio Urquizu; y el secretario de Programas y Áreas Sectoriales de C’s, Toni Roldán. Pero el futuro es incierto tras la deriva autárquica iniciada por los EEUU de Donald Trump.

Mario Garcés habló de «buscar lugares de encuentro» para abordar retos europeos como la despoblación y el envejecimiento. Como secretario de Estado avanzó planes para mitigar los problemas que se derivan de la falta de natalidad, con iniciativas que traten de frenar la soledad de los más mayores y los problemas de salud que se derivan. «España está jugando un papel muy importante en Europa, con reuniones permanentes para definir unos derechos comunes en materia social, pero también se está trabajando con proyectos conjuntos en todas las comunidades autónomas porque los retos sociales son comunes», reconoció.

Bescansa insistió en la idea de la unidad europea a la hora de definir los derechos sociales. «Tenemos que plantear marcos globales que generen cohesión a través de la disminución de la brecha de la desigualdad», explicó. La diputada de Podemos puso como ejemplo lo que se está haciendo en materia agraria y propuso impulsar «una PAC» de las ayudas sociales.

Desde un punto de vista medioambiental calificó de «nefasta» la salida de EEUU de los pactos climáticos y pidió un impulso desde Europa al «nuevo orden mundial».

Por su parte, el socialista Ignacio Urquizu llamó a buscar «cómo hacer compatible la globalización con la búsqueda de una sociedad más igualitaria y justa» con menor pobreza y menos diferencia entre ricos y pobres. En principio, la solución estaría en el control internacional de la fiscalidad y los movimientos de capitales.

De cara a la situación política global se mostró relativamente optimista con el cambio que se está operando en Europa donde están siendo derrotados algunos de los planteamientos antieuropeístas y con menor conciencia social. La derrota en las urnas de la ultraderecha o el posible cambio de tendencia del Reino Unido respecto a su salida de la UE son interpretadas como una posibiliad de «rectificar Europa».

Por último, el representante de Ciudadanos se mostró partidario de una globalización «más inclusiva y con políticas más redistributivas» para lo que a su juicio se necesita mejorar la educación. Roldán consideró que debería estar por encima de la distinción «entre izquierdas y derechas».

La profesora titular de Filosofía del Derecho de la Facultad de Economía y Empresa y colaboradora de EL PERIÓDICO, María José González Ordovás, como moderadora del acto, reclamó «imaginación» en los políticos y teóricos para frenar las tendencias negativas impulsadas por la crisis.