El Ayuntamiento de Las Pedrosas acaba de acondicionar uno de los pocos humedales que quedan en el término municipal: la balsa de la Estanca. Este espacio se sitúa justo detrás de la que abasteció durante décadas de agua de boca al municipio, una infraestructura denominada por los vecinos Balsa de beber, situada a unos 200 metros de la localidad cincovillesa.

La balsa de la Estanca «constituye uno de los últimos resquicios del sistema de acequias, balsas y pozos de los que se dotaba el monte de Las Pedrosas, para recoger agua de lluvia y poder dedicarla a otros usos», explica el alcalde pedrosino, Víctor Corbacho. Con la adecuación de la balsa, el consistorio de Las Pedrosas ha pretendido, por una parte, rehabilitar el espacio y recuperar su utilidad, mermada por la suciedad y arrastres de tierra acumulados a lo largo de los años, y, por otra, limpiar la acequia de alimentación de la misma, «que se encontraba obstruida e inutilizada», precisa el máximo responsable municipal.

Con esta actuación también se persigue otro objetivo: recuperar este humedal con la finalidad de restablecer la flora y fauna típicas del mismo. Así, tal y como indica Víctor Corbacho, en él vivían «diversas especies de aves y anfibios». De paso, «se recuperará esta balsa como lugar turístico y muy visitado por los vecinos, y por personas de otras localidades cercanas de la Comarca de las Cinco Villas», apostilla el primer edil.

falta la lluvia / La intervención, que ha sido realizada con fondos provenientes del programa Plus 2017 de la Diputación Provincial de Zaragoza, se complementará próximamente con señalización y balizamiento de los alrededores, incorporando también la señalética a la Balsa de beber, «y así dar a conocer la utilidad de ambas infraestructuras a las personas que se acerquen a conocerlas», comenta Víctor Corbacho. Ahora, solo falta «que llueva, para que la Balsa de la Estanca se llene», concluye el alcalde pedrosino.