El desprendimiento de abundantes rocas, algunas de considerables dimensiones, obligó ayer a cortar la carretera N-260, entre las localidades alto aragonesas de Sabiñánigo y Fiscal. El suceso se produjo durante la tarde del sábado, en torno a las seis y media, según informaron fuentes de la Delegación del Gobierno en Huesca.

El corte afectó al punto kilométrico 484, situado a cuatro kilómetros de Sabiñánigo. En el lugar se encontraban trabajando efectivos de Fomento, Guardia Civil y Bomberos. La circulación se desvió por la N-260A, en el puerto de Cotefablo, que era la antigua vía natural para unir los valles de Tena y del Ara y que presenta un sinuoso trazado, lo que alarga más el trayecto.

Según explicó la delegación, se trató del desprendimiento de un talud con forma de media luna de unos 50 metros de largo y de unos 15 de altura máxima. La causa más probable son las lluvias de los últimos días y, aunque son bloques grandes, no había coches atrapados bajo estas rocas.

Aunque la retirada de los bloques más grandes ya se ha realizado, continúan retirandose los bloques más pequeños, trabajos que previsiblemente se prolongarán varios días. Se ha habilitado un paso alternativo.

Las intensas y numerosas precipitaciones de los últimos meses han propiciado que estos desprendimientos hayan sido frecuentes en los últimos tiempos en diversas vías pirenaicas, como es el caso de la carretera local que une Torla con Ordesa, y también se han producido puntualmente en algunas carreteras secundarias de la Ribagorza.

De una magnitud similar a la de esta vía N-260, que tiene un intenso tráfico al ser el eje que enlaza los valles pirenaicos, fueron los desprendimientos que se produjeron en varias ocasiones en la carretera nacional francesa que une Aragón con Francia por el Somport, lo que obligó en varias ocasiones a cerrar el túnel.

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