Las asociaciones de nabateros aragoneses se han sumado a la candidatura internacional que lidera Polonia para que sea declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco el transporte fluvial de la madera con balsas, denominado internacionalmente en inglés como timber rafting. Una tradición recuperada hace ya 36 años en la comarca de Sobrarbe y hace 18 años en el río Gállego.El transporte de madera desde el Pirineo aragonés hasta Tortosa fue una actividad económica clave para la zona hasta los años 40.

La candidatura está encabezada por Polonia, que lidera el proyecto por cuestiones de estrategia. La iniciativa está promovida por la asociación Internacional de Almadieros y Navateros, creada en 1989 y de la que forman parte 40 asociaciones de varios países europeos. En la candidatura participan, además de las asociaciones aragonesas, otras de Navarra, Cataluña, Castilla-La Mancha, así como de Alemania, Austria, República Checa y Letonia. El Ministerio de Cultura recopilará la documentación de todas las comunidades autónomas implicadas y las incluirá en un dosier para la Unesco para diciembre del 2022.

Félix Buil, presidente de la Asociación de Nabateros de Sobrarbe, expresó que si se consigue esta declaración, será «una ilusión muy grande y un reconocimiento muy importante a nivel mundial al rescate de este antiguo oficio que hemos hecho desde las distintas asociaciones y a la tradición nabatera».

Buil recuerda que en Sobrarbe ya no vive ninguno de los nabateros profesionales, pero subraya que su legado está asegurado puesto que enseñaron el oficio a quienes ahora, cada mes de marzo, comienzan la laboriosa construcción de las nabatas para surcar el río Cinca, en su caso, cada penúltimo domingo de mayo.

El pasado domingo, los nabateros de Sobrarbe habrían celebrado el trigésimo sexto descenso entre Laspuña y Aínsa desde la recuperación de esta tradición, pero en su lugar, ofrecieron una tarta con forma de nabata a los mayores de la residencia de Aínsa dado que se suspendió la bajada por el covid-19.