El Gobierno de Aragón ha puesto en marcha la estrategia Aragón Circular para impulsar y dar a conocer este ámbito de la economía aragonesa para que llegue a convertirse en un «sector estratégico». La economía circular incluye todas aquellas iniciativas, empresariales o públicas, que buscan «desacoplar el crecimiento económico del consumo de materiales». Es decir, el desarrollo sostenible en su máxima expresión.

Aragón Circular nace con la implicación de cinco consejerías del Ejecutivo autonómico (Industria, Economía, Universidad, Educación y Agricultura), de los comisionados de la Agenda 2030 y de la lucha contra la despoblación, el apoyo de seis grandes empresas punteras en el sector y de las universidades de Zaragoza y San Jorge, así como con el beneplácito de los sindicatos y la patronal.

El presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, destacó que esta es una estrategia «alineada con la Agenda 2030» y aseguró que «hablar de economía circular es hablar de combatir el cambio climático a base del reciclado o la reutilización de los materiales, y para eso hay que cambiar los hábitos de consumo». Para lograrlo, reconocía Lambán, «hay que desarrollar políticas relacionadas con la investigación y la formación». Por eso, dos de los pilares de esta estrategia son la educación y la especialización, y la inversión en innovación.

Para impulsar la economía circular, el Gobierno de Aragón ha diseñado algunos incentivos económicos. Entre ellos, declarar como proyectos de interés autonómico aquellos que se centren en la economía circular; lanzar una campaña de ayudas de I+D para las empresas que apuesten por nuevos proyectos de esta economía limpia y ofrecer financiación a través de la empresa pública Sodiar.

Uno de los aspectos más visibles de esta estrategia es la creación del sello ‘Aragón Circular’, al que accederán las compañías que se especialicen en esta modalidad de la economía y cumplan los requisitos del pacto, como «disminuir los impactos derivados del uso de recursos», «fomentar un modelo de consumo responsable», «impulsar el ecodiseño de sus productos» o «luchar contra la despoblación».

TERUEL, A LA CABEZA

Desde el Ejecutivo subrayaron que en Aragón, la provincia de Teruel lleva la delantera en este ámbito. El Instituto de Formación Profesional San Blas, centro nacional de referencia de Bioeconomía y economía circular; el Centro de Innovación y Economía Rural que ya está empezando a funcionar en Platea y empresas punteras como Tervalis, Samca o Tarmac hacen del Bajo Aragón un espejo en el que mirarse para recorrer el camino desde la economía lineal a la economía circular.

Este sector económico emplea ya en la comunidad a 15.000 personas y supone un 2,6% del PIB y tiene un «gran potencial de crecimiento» en el que Aragón quiere ser referente.