El próximo lunes tienen ya la primera reunión el Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) con PSOE y CHA para intentar cuadrar sus enmiendas en el presupuesto y acercar el acuerdo. El problema es que sigue abierta la incógnita sobre qué ocurrirá con el documento de la plantilla para el 2017 que planteará el responsable de Personal, Alberto Cubero. Si incluirá o no las 14 plazas para las trabajadoras del servicio 010 que pretende rescatar y que cuenta con el informe desfavorable de Intervención. Ayer el concejal socialista Javier Trívez aseguró que no lo apoyarán si aparecen, pero que el responsable de las finanzas, Fernando Rivarés, le había «prometido que se solucionará». Este lo confirmó, pero no aclaró cómo. Y Cubero, mientras, hablaba con los sindicatos de la categoría y retribuciones para estas e insistía que «el rescate seguirá adelante».

Así se presenta una negociación a tres en la que la plantilla es, según el PSOE, un escollo insalvable. Sin su aprobación no habrá presupuesto y sin visto bueno de Intervención no habrá presupuesto. «El PSOE no se va a hacer cómplice de esto. Es una cuestión de legalidad», afirmó.

Más conciliador se mostró el nacionalista Carmelo Asensio, «cuidadoso» en sus enmiendas y tocando proyectos como la ampliación del Bizi con la que están de acuerdo pero en la que «no hace falta desembolsr todo este año». Aunque su mayor preocupación es saber si Rivarés seguirá siendo el interlocutor válido, «salvo que le desautoricen», ya que «está desaparecido» en cuestiones como la ley de capitalidad.

Este restó importancia a las discrepancias y consideró que las enmiendas «están para debatirlas», aunque no concibe «cómo se puede estar en contra de llevar el Bizi a todos los distritos o de los depósitos Pignatelli». Respecto a la geometría variable, aseguró que el Gobierno «no teme nada de nadie» y que «cada uno puede llegar a acuerdos con quien quiera». El PP ya anunció que negociará con todos.