Las Diócesis de Barbastro-Monzón y Lérida retomarán en enero las negociaciones sobre el conflicto de los bienes histórico-artísticos de la Franja Oriental de Aragón. Por ahora, fuentes del Obispado de Barbastro-Monzón expresaron que están esperando, ya que esta Diócesis cuenta desde el pasado 19 de diciembre con un nuevo titular, Alfonso Milián. Por eso señalan que "después de Reyes" Milián reclamará la devolución de los bienes.

El nuevo obispo, de 65 años, ha sido vicario episcopal y obispo auxiliar de la Archidiócesis de Zaragoza. Al ser nombrado titular de Barbastro-Monzón, Alfonso Milián comentó que el "asunto" de los bienes "está bastante encauzado" y reconoció que le tocará "recoger los frutos de mis antecesores, que han hecho un buen trabajo y ojalá sea pronto".

Actualmente, la Diócesis de Barbastro-Monzón tiene a su favor una sentencia de los tribunales del Vaticano a favor de la devolución de los bienes, que pertenecen a parroquias de la Franja que estuvieron integradas en la Diócesis de Lérida y, posteriormente, pasaron a depender del Obispado de Barbastro. Los bienes están custodiados en el Museo Diocesano de Lérida.

Una vez conocida la sentencia del tribunal eclesiástico del Vaticano, el Obispado de Barbastro-Monzón consideró agotada la vía jurídica eclesiástica. Además, los tribunales civiles españoles reconocen, en estos casos, las sentencias de los órganos judiciales del Vaticano, por lo que las autoridades civiles y eclesiásticas de Aragón entienden que la sentencia es definitiva. Por eso, el Obispado altoaragonés ha reclamado la devolución inmediata de los bienes.

El proceso judicial se inició en 1995, después de que el Obispado de Lérida se negara a devolver los bienes histórico-artísticos, solicitados desde Aragón. Las sentencias de los tribunales eclesiásticos fueron favorables a Aragón y la Diócesis de Lérida presentó varios recursos. El último fue rechazado a comienzos de 2004 y el 16 de febrero el Vaticano hizo pública su decisión de desestimar la súplica catalana. Entonces, el Obispado de Lérida emitió una nota en la que afirmaba que actuaría "en consecuencia", conforme a lo establecido en el Derecho Canónico.