Los días previos a la vuelta a las aulas no suelen ser apacibles: compra de material escolar, revisar si valen los uniformes, hacerse con los libros. Si a este cócktail se le añade una pandemia, el resultado ya es desconcertante. Este domingo, los centros comerciales abrieron sus puertas para que los padres y madres pudieran hacer sus compras de última hora.

En El Corte Inglés de Sagasta, en Zaragoza, la afluencia fue similar a la de otros años, aunque muchas familias han apurado más para hacer sus compras ya que hasta hace poco no sabían cómo iba a desarrollarse el curso que ahora empieza.

Beatriz Alquézar, madre de dos niños de 5 y 9 años, aprovechó el domingo para comprar material escolar. «Sobre todo es para el mayor, porque del pequeño nos sobraron muchas cosas del último trimestre pasado porque no las usó. Pero vamos, hemos comprado sobre la marcha. Imagino que durante esta primera semana nos dirán más concretamente lo que necesitan», explicaba la mujer. El mayor, después de revisar el apartado de rotuladores, aseguraba que tenía ganas de volver «por ver a sus amigos».

No pensaba lo mismo otro joven de 13 años: «Ni fu ni fa», decía. Acompañado de sus padres habían ido a comprar el uniforme del colegio. «Somos de los que aprovechan siempre a última hora, pero la verdad es que desde el colegio no nos han especificado mucho sobre si para este año tenemos que comprar algo en especial», comentaba Silvia Izquierdo. «Miedo no tenemos -continuaba-, pero es verdad que hay mucha incertidumbre. Veremos cómo se suceden los acontecimientos y a ver cuánto duran en el colegio».

Más apuradas estaban cuatro estudiantes que van a comenzar ahora primero de Bachillerato. Mientras compraban cuadernos se quejaban de la poca información recibida: «Tenemos bastante miedo porque hay materias que vamos a dar y que entrarán en la Evau, pero bueno. Hemos esperado a última hora para comprar porque no sabíamos si las clases iban a ser on line o cómo. Depende de eso íbamos a necesitar cuadernos o un ordenador nuevo». Al final, convivirán la presencialidad con las clases telemáticas, algo que tampoco les convence: «Si las clases on line funcionan igual que durante el confinamiento mal vamos, porque al final nos mandaban tarea para casa pero no nos daban clase como tal», decían.