Las fuertes nevadas caídas en el norte de Aragón el pasado martes fueron el preludio de una ola de frío que se apoderará de la comunidad a partir del fin de semana y dejará nevadas débiles pero insistentes en el Pirineo. Otra de las consecuencias serán las heladas nocturnas en gran parte del territorio y el cierzo en el valle del Ebro.

Las nevadas caerán en la cota superior a los 1.700 metros desde hoy mismo, pero irán bajando al fondo de los valles a medida que se acerque el domingo. El fenómeno afectará también a la Ibérica, donde la nieve hará su aparición a partir de los 700 metros.

A medida que pasen los días, descenderán tanto las máximas como las mínimas en prácticamente toda la comunidad.

De momento, el frente frío dejó el martes hasta medio metro de nieve en las estaciones del Pirineo aragonés, que el próximo fin de semana ofrecerá a los aficionados al esquí 180 kilómetros cubiertos de manto blanco. Mientras, en Teruel, los centros invernales mantienen su apertura casi al 100%.