Las copiosas nevadas caídas en los últimos días en el Pirineo aragonés han disparado el optimismo en las estaciones de esquí oscenses, donde se da por hecho que la temporada invernal podrá arrancar el último fin de semana del mes, como alguna de ellas tenía previsto. La gran cantidad de nieve caída hay que sumar el bajón que han sufrido las temperaturas, lo que facilitará la utilización de los cañones de nieve artificial para acondicionar las instalaciones en los primeros días de la temporada.

Ayer la jornada estuvo marcada por el temporal y la necesidad de utilizar las cadenas en muchos tramos viarios de la provincia. La cota de 800 metros marcaba el límite por encima del cual la nieve era la auténtica protagonista. Los quitanieves aparecieron en las carreteras principales, aunque en zonas como más arriba de Canfranc estación los turismos renunciaron a pasar dada la intensidad de las nevadas.

CADENAS EN TRES PUERTOS De los nueve puertos de toda la península que ayer figuraban en la lista de Protección Civil en la que era indispensable el uso de cadenas, tres eran oscenses: Somport, Cerler y Formigal. Además, durante horas existieron dificultades de circulación por nieve de nivel rojo en la nacional N-230 a la altura de la localidad oscense de Montanuy.

En la autonómica A-138 hubo complicaciones circulatorias desde Bielsa, en sentido a la frontera con Francia, especialmente en el tramo entre los kilómetros 87 a 92.

Las previsiones para hoy son similares a las de ayer, donde a partir de 700 u 800 metros nevará, con capas de hasta 10 centímetros de espesor, al tiempo que soplarán vientos de hasta 80 kilómetros por hora.

Pese a lo desapacible del temporal, en las estaciones de esquí del Pirineo, mientras, ya se calculaban entre 30 y 40 centímetros de espesor en algunas zonas, por lo que se puso en marcha toda la maquinaria para abrir las pistas los días 26, 27 o 28 de noviembre y estrenar así la temporada invernal en espera del puente de la Constitución.