Después de varios días con temperaturas casi veraniegas y abrigos arrinconados el invierno ha regresado a Aragón. Las tierras altas de Zaragoza, Albarracín en Teruel o Laspaúles en Huesca se cubrieron ayer de nieve. Además, en la madrugada las temperaturas se desplomaron a bajo cero, algo que preocupa, sobre todo, a los agricultores que cultivan frutales.

Las previsiones de nevadas por encima de los 600 metros que activaron ayer la alerta amarilla se cumplieron. Bronchales, Ferreruela, Torremocha o Lechago amanecieron con un manto de nieve. También Escucha en las Cuencas Mineras o la Iglesuela del Cid en el límite con Castellón. Incluso en la capital turolense cayeron algunos copos. Y aunque allí la nieve es frecuente en invierno no tanto en el mes de abril. Según la Agencia Estatal de Meteorología en Aragón, en los últimos 30 años Teruel registra una media de poco más de un día de nevada en este mes. Aunque en 1986 «que fue un año atípico» se registraron 7 días y precisamente el 27 de abril nevó en buena parte de la provincia.

Pero ayer la blanca precipitación visitó también Zaragoza. La Vilueña, Codos o Miedes en la comarca de Calatayud parecían estampas navideñas. También Aguarón, Villar de los Navarros y Cariñena presentaban una imagen invernal, más propia de diciembre que de las puertas de mayo. En Bello, junto a Gallocanta, se midieron 5 centímetros. Arcadio Muñoz, alcalde de Aldehuela de Liestos donde a primera hora de la mañana se acumulaba «un palmo de nieve» aseguró que había «caído más que en todo el invierno y que viene muy bien para los cultivos pues hay mucha sequía». Aunque las heladas nocturnas amenazan los frutales.