El suceso ocurrido ayer en Torrero tiene precedentes en Zaragoza, con niños que se han precipitado al vacío accidentalmente y han resultado ilesos o con lesiones leves. El más reciente, en mayo del 2002, también afectó a una niña ecuatoriana, Diana, de 4 años, aunque el suceso fue más sorprendente. La menos se precipitó al vacío de una sexta planta en la avenida de Tenor Fleta, desde 20 metros de altura, y un tendedor de ropa amortiguó los efectos de la caída. Diana resultó ilesa.