Las mejillas excesivamente enrojecidas y la sangre en la nariz que los abuelos del pequeño V., de 9 meses, observaron en el niño cuando volvieron a casa para relevar a la niñera, les llevaron a pensar que el pequeño se había caído. La mujer, Mercedes G. S., lo negó, así que, escamados, acabaron por llevarle al hospital.

Su sorpresa llegó cuando los doctores determinaron que las lesiones del niño tenían todo el aspecto de haber sido causadas por asfixia o estrangulamiento, lo que finalmente llevará a la niñera a sentarse en el banquillo de la Audiencia de Zaragoza por intento de asesinato. Tanto la Fiscalía como la familia del niño piden que pase 12 años en prisión y que les indemnice con 10.000 o 20.000 euros, respectivamente.

Según recogen las acusaciones, los hechos ocurrieron el 15 de enero del 2016, más de medio año después de que Mercedes G. S. hubiese entrado a trabajar para los padres de V., limpiando la casa y cuidando al bebé y a su hermano mayor.

Aquella tarde los padres se fueron de casa a mediodía, dejando al niño en perfecto estado en compañía de la acusada y de la abuela materna.

Esta se fue de casa sobre las 14.30 horas, y alrededor de una hora después, cuando los abuelos paternos fueron a tomar el relevo, la mujer les dijo que el pequeño no había comido bien y estaba durmiendo, antes de irse.

HEMATOMAS

Los abuelos, extrañados por la larga siesta del bebé, entraron al cuarto a verlo a las 17.00 horas, y observaron el exagerado enrojecimiento de las mejillas y la sangre en la boca. Llamaron a la niñera para comprobar si se había caído y esta dijo que no, por lo que le llevaron al hospital Infantil.

Allí, los facultativos analizaron las lesiones y emitieron una impresión diagnóstica de «ahorcamiento, estrangulamiento o asfixia». El diagnóstico activó las alarmas, y el análisis forense precisó que V. sufrió un intento de asfixia por sofocación, «no accidental», de «moderada a grave intensidad». Pudieron provocárselo con una almohada u objeto blando, pero dado que no había sangre en la ropa de cama, apuntan a que la mujer lo apretó firmemente contra su pecho.

Para el ministerio público, lo hizo «con la clara intención de asfixiar al bebé», aprovechando su «vulnerabilidad» y nula capacidad de defensa. La acusación recuerda que la mujer no podía predecir los efectos a largo plazo de esta anoxia (falta de oxígeno) en el cerebro u otros órganos.

Ante esta intención, tanto la Fiscalía como los padres del bebé, representados por Xenia Cabello, consideran los hechos un intento de asesinato, y además de la cárcel y el dinero piden que a la mujer se le prohíba trabajar como niñera.