La ermita de Torreciudad fue el pasado sábado centro de reunión de un millar de personas que acudieron al santuario para festejar los actos en honor a la Virgen de los Angeles, celebración que desde hace un siglo se dedica el domingo siguiente a la Asunción y que este año ha batido record de asistentes.

La jornada comenzó el sábado a las once de la mañana con una celebración eucarística en el nuevo santuario, oficiada por el rector Javier Mora-Figueroa, que estuvo acompañado por José Mairal, párroco de las iglesias de Bulturina, Puebla de Castro y Secastilla y por Antonio Carmona, sacerdote procedente de Tenerife. "La virgen lleva en Torreciudad desde hace nueve siglos y, al contrario de lo que le ocurre con la ermita, su corazón cada vez es más joven", señaló el rector en el transcurso de la homilía.

El acto estrella de la jornada, y el que más expectación generó entre los asistentes, llegó al mediodía con la procesión hacia la antigua ermita y donde se llevó en andas la imagen peregrina de la virgen. En el santuario un total de quince vástagos nacidos en el último año fueron pesados en la antigua balanza que se conserva en el zaguán de la ermita, y sus padres ofrecieron el peso de sus hijos en productos como aceites, frutos, conservas, vino y jamón, en acción de gracias y petición. Oscar Calero, abuelo de una de las niñas ofrecidas, no podía ocultar su satisfacción: "Es la primera nieta que tengo, he trabajado treinta años al servicio de la Virgen y el primer bautizo que se hizo en el santuario fue el de mi hijo", señaló.

Quienes también quisieron presentar a sus hijos durante la ceremonia fueron algunas familias procedentes de Barcelona, Madrid, Bilbao y Murcia y que estos días están descansando en pueblos del Alto Aragón. Precisamente desde la Ciudad Condal acudió María de los Angeles de Torreciudad, a la que su madre le puso este nombre "después de recibir la ayuda de la virgen durante un complicado periodo de gestación". Rosa, la madre, quiso recordar que finalmente la niña nació con el peso adecuado pero sigue enferma de corazón. "Continuamos rezando y pidiendo oraciones para lograr su total curación", añadió.

Un paseo hasta el santuario

Tanta adoración le tienen a la virgen que algunos jóvenes fueron andando desde su localidad hasta Torreciudad. Es el caso de David Lafuente Durán, quien por séptimo año consecutivo ha caminado desde el municipio de Ubiergo, siguiendo la antigua tradición iniciada por su abuelo. "Desde que falleció y mientras pueda me he comprometido a seguir manteniendo viva esta tradición que él inició con otras personas", señaló el joven.

Pero no todo fueron caminatas. El millar de asistentes al santuario de Torreciudad también degustó unos 1.200 trozos de torta bendecidos y 70 litros de vino de la Caridad, procedente de las viñas que tiene "la virgen tiene en Secastilla", comentó uno de los presentes. Y todo en una jornada que finalizó con actuaciones folclóricas musicales de jóvenes y mayores.