-¿Qué es para usted la responsabilidad social?

-Me gusta decir que sobre todo es la capacidad de empatizar, de ponerse en el lugar del otro. Las empresas, por ejemplo, deben conocer a sus grupos de interés o consumidores para saber qué impacto están generando en ellos. Si tienes esa empatía es muy fácil ser responsable.

-Cuénteme alguna buena práctica de RS implantada en empresas.

-Durante el congreso hemos premiado por ejemplo al Balneario de Ariño gracias a su política de residuos o de compra responsable en proveedores de proximidad. Además, están poniendo en marcha un proyecto en Perú muy interesante. En enero, que es cuando cierran, van a mandar a varios de sus trabajadores a una zona del país que está en pleno desarrollo hotelero para ayudarles en la formación e intercambiar conocimientos.

-¿La responsabilidad social también conlleva una mejora de negocio?

-Antes todas estas cuestiones eran de buenismo, pero ahora ya hablamos de gestión. El último informe económico sobre este asunto indica que las compañías que tienen un modelo de gestión responsable han aumentado un 11% sus beneficios respecto a sus competidores y venden más.

-En este sentido, ¿cree que los consumidores deberían premiar más a las empresas socialmente responsables?

-Creo que hay una pata de la RS que no hemos conseguido asumir y es la parte de la educación. Un consumidor es responsable si lo has educado en esta materia. Hay mensajes sobre el medio ambiente que han calado muy bien en la escuela, pero hay otras cuestiones sobre este campo que apenas se están trabajando y es un error porque hay valores que deben transmitirse.

-La administración también debe recompensar a estas firmas en sus adjudicaciones.

-Totalmente. El año pasado se puso en marcha la nueva ley de contratación pública, que es bastante completa. Lo que no puede ser es que la cuestión relevante en esta materia sea el precio. Cada vez más grandes empresas implantan este tipo de políticas y también reclaman a sus proveedores que sean responsables. Esto es una cadena.

-¿La crisis lastró la implantación de la responsabilidad social en las empresas?

-La crisis también nos enseñó que trabajar con responsabilidad y desde una estrategia sostenible es lo que va a garantizar el futuro a cualquier empresa.

-¿La actual precariedad laboral choca frontalmente con la responsabilidad social?

-Es la principal razón de la empatía. No es posible ser una empresa responsable si tus trabajadores no tienen un empleo digno, aunque seas la que menos contamine.

-¿Cree en la política de cuotas para alcanzar la paridad en los órganos de dirección?

-No necesariamente. La experiencia nos dice que hay personas que nunca van a tener oportunidad de nada si no se establece una metodología. Sin embargo, no creo que la ley de cuotas sea la mejor herramienta para fomentar eso.

-¿Cómo se impulsa la conciliación?

-Vuelvo a la empatía. Además, si tú eres una empresa responsable, tus empleados también lo serán porque se pondrán en la piel del empresario.