La ausencia de lluvias en las últimas horas ha traído consigo un descenso de los caudales en cabecera y en los tramos medios de la margen derecha del Ebro.

En particular, la disminución del caudal se ha dejado sentir significativamente en los ríos Matarraña y Guadalope, ambos en el Bajo Aragón, que ayer estuvieron a punto de desbordarse en algunos puntos.

Estos dos ríoas, así como el Bergantes, que nace en Aragón pero luego se adentra en Castellón, crecieron de forma repentina a partir del martes como consecuencia de las intensas lluvias que cayeron en los Puertos de Beceite y en otras sierras en el límite entre las comunidades de Aragón, Cataluña y Valencia.

En Alcañiz, el Guadalope ha pasado por la ciudad con un caudal en torno a los 130 metros cúbicos por segundo y el agua se ha desbordado y ha inundado la zona verde situada en ambas orillas.

Mientras tanto, los embalses de Calanda y Pena, situados en las cuencas del Guadalope y del Matarraña, han continuado soltando agua con el fin de aumentar su capacidad de retención en el caso de que se produzcan nuevos episodios de lluvia.

"Lo que ha pasado esta vez es que nos han cogido tres borrascas muy seguidas desde que ha empezado el año y la tierra está totalmente empapada, de forma que todo lo que va lloviendo baja directamente a los barrancos", ha explicado esta mañana un vecino de Beceite.

El río que pasa por la localidad llegó a amenazar con desbordarse en la tarde de ayer, pero la interrupción de las lluvias ha evitado que siguiera creciendo su nivel, lo que ha salvado las tierras de cultivo en sus riberas.