EL PERIÓDICO contactó ayer con tres investigadores de Aragón que coincidieron a la hora de mostrar sus «dudas» por la división ministerial y apuntaron que «sin una coordinación exquisita, la situación puede ser muy compleja», indicaron. Fernando Lahoz, director del Instituto de Síntesis Química y Catálisis Homogénea (ISQCH) de la Universidad de Zaragoza, se mostró «del lado» de la opinión de la CRUE, que tildó de mala noticia la partición. «Separar la investigación de la universidad, cuando es aquí donde se difunde y se aplica, es un error. La división puede llevar a un reparto del dinero y, en consecuencia, a ciertas limitaciones a la hora de desarrollar proyectos», dijo Lahoz.

El investigador incidió en que la división ministerial «puede complicar aún más» los plazos para acceder a una ayuda. «Toda formación que se da en la universidad está ligada a sus centros de investigación y, por tanto, ahora nos planteamos una situación de mucha complejidad», añadió Lahoz, que insistió en que el campus tiene tres vértices: «formación, responsabilidad investigadora y creación de conocimiento». Por ese motivo, «lo normal es que ambos ministerios estén juntos y en el sector no comprendemos esta decisión», reiteró.

Por su parte, la investigadora Charo Osta, del Laboratorio de Genética Bioquímica de la Universidad de Zaragoza, aseguró ayer que «desde que se empezó hablar de la posible división» no vio clara la partición «en ningún momento», dijo. «Es un error y no me parece bien. No soy capaz de saber si esto afectará al futuro a la hora de pedir ayudas, pero conceptualmente no se entiende», reiteró Osta.

Por último, la científica Nunilo Cremades, del Instituto de Biocomputación y Física de Sistemas Complejos de la Universidad de Zaragoza, se mostró «sorprendida» por la decisión del Gobierno de partir los ministerios. «Al principio pensé que podría ser un impulso específico para la universidad y potenciar su calidad, pero creo que por otro lado se pierde esencia. Es muy importante que haya una coordinación perfecta. Hay que ser capaz de mantener la relación del triángulo que forman la investigación, la innovación y la docencia», señaló Cremades. «Como investigadora, yo he estado en centros punteros con la intención de llevar luego ese conocimiento a la universidad y veo difícil disgregar y fragmentar estas áreas», reiteró.