La joven de 13 años que desapareció anteayer por la tarde durante una excursión por la localidad turolense de Beceite fue encontrada sobre las 7.00 horas de ayer, ilesa, recorriendo una carretera de Tarragona. Estaba a unos 10 kilómetros en línea recta del lugar donde la perdieron de vista, nada menos que 30 kilómetros a pie por los tortuosos senderos de la zona. Pero salvo el susto, Inés estaba bien, que es lo que importaba; sobre todo a su padre, Víctor Téllez, que se congratulaba de que, «por suerte», sus 12 horas de angustia familiar hubiesen tenido un final feliz.

Según explicaba Téllez, la familia, madrileña, estaba -y está- pasando unos días en una casa rural de Valjunquera, y anteayer decidieron hacer una excursión a Beceite, y aprovecharon para ver el abrigo rural del paraje de El Parrizal. Pero la joven decidió quedarse en el camino a esperarles mientras se acercaban. «No estaba ni a 50 metros, pero cuando volvimos, ya no estaba», explicaba.

Comenzó entonces la activación de una búsqueda que Víctor Téllez agradecía ayer minuciosamente. «Es increíble la movilización que hubo. Desde el alcalde (Juan Enrique Celma), hasta Estela y Edu, que nos han acogido en casa, pasando por vecinos, Bomberos, Guardia Civil, Protección Civil... La gente se ha portado fenomenal», explicaba, sin querer olvidarse a nadie.

Ayer por la tarde la familia ya estaba tranquila, pero no fue una noche fácil para nadie. «Lo pasas muy mal, te temes cualquier cosa, al desaparecer así, en una zona tan abrupta», explicaba.

Y es que en los primeros momentos ni él ni nadie podía imaginar que la joven hubiese remontado el escarpado sendero que nacía a pocos metros de donde se quedó, con una fuerte pendiente.

Según les explicó ayer, una vez rescatada, lo hizo porque pensaba que era «un camino circular, que iba hasta allí, y nos encontraríamos después». Pero no era así, y comenzó a andar hasta que se desorientó. No estuvo toda la noche andando, aclaró el progenitor, pero sí «anduvo varias horas» hasta que encontró un lugar que le pareció apropiado para pasar la noche, un merendero.

«Nos ha explicado que vio una zona recreativa, un sitio para comer, con bancos, una fuente y un porche. Allí se arrebujó con la camisa para taparse en lo posible y por lo menos pudo beber agua», explicaba.

Al amanecer, reemprendió la marcha y fue a dar con una carretera, ya bien entrada en la provincia de Tarragona, donde la vio un guarda de reserva cinegética del parque natural de la zona. Este dio aviso a Emergencias, y los padres pudieron por fin respirar aliviados e ir a buscarla. «Hemos ido y hemos hecho los trámites con los Mossos. Ella estaba asustada, como es normal, pero no tenía nada de salud. Ahora está totalmente bien», aseguró el padre, agradeciendo de nuevo la colaboración a todo el operativo.