Reconoce que sus amigos, alguna vez, le han tratado de «loca» por cursar la doble titulación de Física y Matemáticas. Ella, sin embargo, ha seguido su «vocación» y ha terminado con éxito el primer curso de este grado que, por segundo año consecutivo, ostenta la nota de corte más alta en la Universidad de Zaragoza con un 13,7. «Tenía claro lo que quería estudiar. De hecho, estaba decidida a irme a Madrid, pero pusieron el programa conjunto en Zaragoza y me quedé», cuenta Marta Senar.

Hizo el Bachillerato en el instituto Miguel Catalán de la capital aragonesa, lo terminó con un expediente académico brillante de matrícula de honor y en la universidad ha seguido por los mismos derroteros. Ha tenido una media de 9 en el primer cuatrimestre, con dos matrículas de honor. «Me ha sorprendido el hecho de verme preparada para afrontar la carrera. Me lo esperaba mucho más difícil, pero es verdad que es una carrera complicada, hay que echarle muchas horas, de estudio y de prácticas, y tiempo extra», reconoce Senar.

La gente se sorprende de sus notas, pero dice que todo es cuestión de «constancia» y tener «la cabeza estructurada y amueblada» para afrontar el curso. «Lo que tengo claro es que cualquier persona debe hacer la carrera que de verdad desea y quiere. Hacer Física y Matemáticas a la vez exige renunciar a algo. Yo, por ejemplo, he dejado de bailar, algo que me encanta, pero también sé que quiero hacer esta titulación», explica la joven.

El curso que recientemente acaba de terminar solo ofertó 10 plazas para este programa conjunto (hubo lista de espera), las mismas que volverán a estar disponibles de nuevo ingreso para el 2018-2019. «Los compañeros son gente maja, gente normal porque los demás se piensan que somos serios, asociales, algo frikis o muy competitivos y no es así. Yo no soy ningún bicho raro ni mis compañeros tampoco, al contrario, somos muy colaborativos y nos ayudamos muchísimo», explica.

Marta está ahora «disfrutando a tope» del verano. «No sé todavía por qué rama querré dirigir mi futuro laboral. Todavía me quedan cuatro años por delante. No sé si investigación o el qué, todavía tengo que encontrar algo que me guste muchísimo», dice.

Su voz suena alegre al otro lado del teléfono y se siente «satisfecha» de sus resultados. «Mira, creo que hay que tener madurez suficiente para saber lo que uno quiere estudiar. Yo no soy superinteligente, sino constante, y entiendo y razono las cosas. Eso es la base de todo, saber entender y organizarse bien», reitera Senar.

«Son brillantes»

Su día a día durante el curso es intenso. Se levanta pronto, come en la facultad con los compañeros, estudia en la biblioteca, acude a clase y, por la noche, entrena con el equipo de baloncesto del campus. «Tenemos seis horas al día de clase y es mejor no volver a casa a comer para no perder tiempo. Después, aún me quedan ganas para jugar. Disfruto de mi tiempo libre y es necesario un descanso y estar con los amigos», dice.

«No podría estar encerrada en casa estudiando. Es verdad que todos los fines de semana hay que dedicarle tiempo, pero también hago una vida como cualquier joven», apunta.

El coordinador del programa conjunto de Física y Matemáticas es Eduardo García. Lleva unos 30 años como profesor de Física en la Universidad de Zaragoza y reconoce que los estudiantes que cursan la titulación son «brillantes», con una clara «motivación» por las Ciencias.

«El ritmo es exigente pero creo que todos han terminado con satisfacción el curso. Hace años este grado era impensable, pero creo que la especificidad laboral de muchos trabajos ha requerido la puesta en marcha de estos dobles grados», explica el profesor del campus público.

«Estoy convencido de que tendrán unas buenas salidas profesionales. Probablemente muchos de ellos pensarán en la investigación, pedirán becas y desarrollarán proyectos. Es un valor para Aragón tener estudiantes así de excelentes», consdiera García.