Sin perder de vista los rebrotes ni tampoco el miedo a volver a una generalización de los contagios, el día a día en las residencias empieza a recuperar su rutina normal. Cierto es que ya nada volverá a ser como antes, dado que los protocolos y las medidas de prevención se han extremado, pero la intención en cada centro es que los usuarios «apenas perciban» que la crisis sanitaria ha obligado a un modelo asistencial más estricto.

En el caso de la residencia Vitalia Paules, en Teruel, han establecido unidades de convivencia, de no más de 15 personas por casa, donde su punto común es el jardín. «Trabajamos con mucha precaución para que los usuarios ya sientan una vida normal, pero nos hemos tenido que adecuar a la situación. Tenemos la suerte de contar con un gran jardín y en estas casas hemos ubicado a los residentes por afinidad, los que mejor se llevan, matrimonios o familiares y no más de 15 personas y así garantizamos el distanciamiento», explica a este diario Lucía Caballero, directora del centro. En él también hubo contagios de coronavirus, pero «muy leves o asintomáticos» y no hubo fallecimientos. Desde principios de mayo ya han entrado seis nuevos residentes y han adaptado un protocolo de edificio seguro, han establecido circuitos y las visitas de los familiares, con mascarilla, se limitan al jardín. «Contamos con una torre de detección de temperatura, la ultima tecnología, que si tienes fiebre te indica que debes salir, los equipos de protección están garantizados y además contamos con más material de reserva que compramos por si acaso llegara un brote», apunta Caballero.

Simulacro cada 10 días

En Vitalia Paules, además, hacen un simulacro cada 10 días para el personal con el fin de comprobar «qué se puede mejorar» si se diera un brote en la residencia. «Muchos usuarios se presentan voluntarios y nos ayudan, eso también nos sirve para explicarles qué tienen qué hacer en caso de que sucediera. Ojalá todo lo que pasó lo hubiéramos sabido con antelación, porque muchos de ellos no entendía nada cuando aparecíamos vestidos con los EPI», lamenta Caballero.

La incertidumbre sobre lo que pueda pasar mañana no se la quitan de la cabeza. Ni aquí ni en ningún otro centro residencial de Aragón. «Tenemos miedo, es inevitable, somos el colectivo más vulnerable y lo sabemos. Hemos sido su familia este tiempo y lo seguiremos siendo. Lo que hacemos es vivir el día a día, que los usuarios estén lo mejor posible y con la máxima normalidad que permite la situación», asegura Caballero. «Nos han vuelto a dar otra lección de vida y ha sido admirable su manera de afrontar la situación estos meses», remata.

Por su parte, en los centros gestionados por la Fundación Rey Ardid también se retorna poco a poco a la normalidad. Es el caso de la residencia Delicias, situada en Vía Univérsitas. Aquí no hubo residentes contagiados, aunque sí algún sospechoso que fue aislado, mientras que dos trabajadoras sí contrajeron el virus pero este no se extendió a más usuarios. «No dejamos de estar vigilantes y obviamente hay cosas que hemos tenido que cambiar. La salud de nuestros residentes está por encima de todo», señala Minerva Morago, directora del centro.

Grupos de 20 personas

Aquí también han sectorizado a sus mayores en las seis plantas del edificio, con grupos de unas 20 personas. «No puede desarrollarse todo como antes, con hasta 60 residentes en un mismo espacio. De este modo evitamos el contacto entre ellos y para actividades dirigidas en las zonas comunes establecemos un máximo de 10 personas, añade.

También han delimitado el uso de los ascensores. Dos han quedado exclusivamente para el personal y los otros dos para los residentes. Respecto las visitas, han habilitado en una terraza una zona en la que, separados por una valla, se pueden ver. «De momento el contacto no lo permitimos y lo entienden. Se ven a una distancia de dos metros, con mascarilla, pero sin contacto. Y siempre con cita previa», explica Morago. «Ha sido muy difícil, pero ahora estamos preparados y también contamos con equipos. El miedo siempre está ahí, pero confiamos en las medidas», dice.