La jornada laboral de Antonio Aísa comienza a las 7 de la ma- ñana, cuando sale de su domicilio en Zaragoza para estar a las 8 en el centro de salud de Calamocha, donde trabaja desde noviembre del año pasado junto a otros 8 médicos de familia, un pediatra, tres médicos de Atención Continuada de área y uno de sector, además de personal de enfermería, fisioterapia, matrona auxiliares y administrativos. En realidad, en el pueblo de cabecera de comarca trabajan dos médicos de familia «con consultas saturadas» y un pediatra. «Los otros siete médicos trabajamos en pequeños consultorios rurales que obligan a recorrer hasta 1.000 kilómetros mensuales por la gran dispersión de la zona», expone.

Y los desplazamientos los hace claro está, en su coche. Tiene adjudicados Barrachina, Godos, Torrecilla del Rebollar y Torrelosnegros. ««Hay días que hago solo uno, otros dos y en algunas ocasiones tres. En líneas generales, hago 52 kilómetros todos los días», expone. También en invierno y con las carreteras llenas de nieve y hielo, aunque, por fortuna, no ha sufrido sustos serios «porque llevamos coches nuevos con ruedas adecuadas que ponemos nosotros por nuestra cuenta, pero, el año pasado, el médico que estaba aquí destrozó el coche en un accidente y el Salud solo asume la franquicia», recuerda.

Especialista en Medicina familiar y comunitaria, Aísa ya trabajó en el medio rural en la década de los 90, aunque fue en Catalu- ña. Sin embargo, afirma que «salvando el tema informático, había más medios entonces que ahora. Antes estábamos más reconocidos, ahora se cierran consultas, no se cubren bajas hasta el quinto día fuera de pacto -son los días para los que el Salud presupuesta suplente. Como ejemplo, en medicina rural son 26- y nos sentimos maltratados por la Administración», asegura.

Ese malestar ya lo ha puesto en conocimiento de Sanidad, a la que traslada otros problemas, «No se están sustituyendo los permisos y se opta por cerrar consultas, con lo que se toma el pelo a los pacientes, ya que se les vende que tienen los mismos derechos a ser atendidos pero no es así. Nadie concibe que puedan cerrarse consultas en Zaragoza, pero aquí sí se hace, a pesar de que hay posibilidad de sustituir con cuatro profesionales de Atención Continuada, pero el Salud no lo autoriza en numerosas ocasiones», lamenta. «Si te pones enfermo, hasta el quinto día de baja no te sustituyen y son tus compañeros los que, además de recorrer sus kilómetros y pueblos, han de realizar los tuyos por el mismo dinero y bolsa de kilometraje; o la otra opción es que los pacientes se queden sin consulta mientras están enfermos y si alguno tiene la osadía de enfermar de gravedad algún compañero arriesgará su vida o su vehículo para subir a ver a ese paciente, sea grave o banal».

Formación

Además, la sustitución tampoco es segura en casos de formación. «Si quieres mejorar la cartera de servicios de tu centro y formarte en algún campo para evitar desplazamientos y saturaciones en Especializada y molestias a los pacientes, tampoco te sustituyen y tus compañeros han de doblarte», añade.

Aísa también se queja de las condiciones retributivas, que, en su opinión, no son las adecuadas, «Si pretendes hacer alguna guardia te pagan la hora al mismo precio que en el 2007 y, si, como es mi caso, después de 20 años como interino apruebas una oposición de la que solo pasaron 42 personas de mas de 800 y quedaron vacantes mas de 30 plazas, no te reconocen carrera profesional aunque hayas formado residentes o hayas sido coordinador hasta que no lleves 5 años como personal fijo».

Las condiciones en que se encuentran algunos consultorios tampoco ayudan. «Yo no me quejo porque tengo de todo, pero hay compañeros que pasan frío, otros llevan más de mes y medio sin internet y tienen que trabajar a mano o dos veces conectándose a la red a través de su propio móvil», añade.

Aísa afirma que sus quejas son las de numerosos compa- ñeros que ejercen una medicina rural en la que «lo mejor es la gente, los pacientes». Por eso, reclama al Salud mejoras en esta área. «La Administración no ayuda a hacer atractivas las plazas rurales ya que no favorece la formación continuada, ni la movilidad, ni las hace atractivas desde el punto de vista económico ni de reconocimiento profesional», insiste.

En este sentido, este médico aragonés lamenta que la confianza depositada en la actual Administración no se está viendo correspondida. «Vamos ya a por el cuarto año de legislatura y la actual consejería no ha revertido aún un solo recorte económico, ni pagas extra reducidas a la mitad, ni carrera profesional, ni precio de la hora de guardia, ni devolución de la jornada de 35 horas», lamenta.