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ADRIANA OLIVEROSEl Auditorio de Zaragoza dio ayer la nota al convertir su décimo aniversario en uno de los acontecimientos del año. Con llenazo. Y atasco de tráfico incluido, como en los conciertos de Bisbal. Pero el programa iba de clásica. Antón García Abril y la novena de Beethoven. Igual que hace diez años, pero en lugar de con una filarmónica de nosedonde con 200 jóvenes talentos de la tierra, al alimón entre el Auditorio (con su coro) y el Conservatorio. Sacaron pecho, orgullosos, los directores del uno y el otro, Miguel Angel Tapia y Pedro Purroy. Acompañados por un sinfín de autoridades: el alcalde Belloch, los tenientes de Rosa Borraz, Gargallo y García Madrigal, el viceconsejero Juanjo Vázquez, la directora general Pilar Navarrete, la edil Lola Campos, los ídem en la oposición Dolores Serrat y Domingo Buesa... Con tanta alegría y una programación de bote en bote (que se abría ayer), nadie recordaba ya la polémica que el auditorio causó hace diez años. Que si era muy caro, que si para qué tanto... Agua pasada para el arquitecto de la obra, Pérez Latorre, y su impulsor político, García Nieto. Así que ambos disfrutaron de la noche con el artista Jorge Gay. La noche aún se completó con un poco de todo: los generales Benjumeda, Torres y Villalaín; los empresarios Fernando Machín, Jesús Albiol y Juan Pedro Márquez... A la par llegaron Angel Anadón y Rafa Campos, gerente y director del Teatro Principal. Y, en cuarteto, Paco Bono, de Aramón; Genoveva Crespo, jefa de comunicación de Ibercaja; su marido (y arquitecto), Manuel Pérez, y

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