-¿La emergencia demográfica sigue siendo el principal reto de las diputaciones provinciales?

-Evidentemente. Como dije en mi discurso de investidura, tenemos que responder a la llamada de auxilio de nuestro medio rural. Las diputaciones provinciales siempre han estado en la vanguardia de la lucha contra la despoblación porque su razón de ser es justamente esa: mejorar la vida en los pueblos. Otra cosa es que ahora por fin se haya tomado conciencia del problema y pueda parecer que antes no se hacía nada, pero en absoluto es así. En cualquier caso, las diputaciones ni podemos ni debemos afrontar este reto en solitario.

-¿Qué iniciativas quiere impulsar en su nuevo mandato?

-Centraré todos mi esfuerzos y recursos en alcanzar el éxito a través de cuatro ejes que van a marcar el rumbo de este mandato marcando un estilo y una nueva forma de hacer las cosas. Ejes que tienen que ser capaces de reflejar en todos los contenidos que llevamos a cabo en nuestro día a día: modernización, transparencia, participación y servicio. Y es mi propósito centrar el foco en facilitar a nuestros pueblos tecnología para poder competir, actuando en dos líneas: infraestructuras y formación.

-¿Cree que se ha avanzado lo suficiente los últimos cuatro años?

-Las cosas siempre se pueden hacer mejor, pero cualquiera que de verdad conozca el funcionamiento de la DPZ sabe que en el último mandato le hemos dado la vuelta a la institución sacándola de la inercia que arrastraba y modernizándola.

-¿Confía en que finalmente salga adelante la tan demandada reforma de la financiación local?

-Espero que así sea, y que ese nuevo marco de financiación reconozca a las entidades locales, de una vez por todas, el papel esencial que desempeñan en la vertebración social y territorial de España. Ayuntamientos y diputaciones no podemos seguir estando relegados. En los momentos más duros de la crisis, demostramos que éramos los más eficaces a la hora de enderezar las cuentas, de contribuir al saneamiento de las finanzas públicas de España y de velar por la cohesión social. Ahora, el Estado debe responder con lealtad recíproca y saldar la deuda histórica que arrastra con el medio rural y con las entidades locales.

-Volviendo al tema de las nuevas tecnologías. ¿Qué dificultades se están encontrando para su extensión completa por el territorio?

-Después de que el Gobierno de Aragón y las tres diputaciones aragonesas firmásemos el convenio para extender la banda ancha, la secretaría de Estado de Telecomunicaciones y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia tardaron en emitir su informe. Luego nos encontramos con el plan que anunció Mariano Rajoy, que nos obligó a parar hasta saber qué iba a hacer exactamente el Gobierno del PP. Como no hizo nada, retomamos el proyecto y llevamos a cabo un trámite denominado «consulta al mercado» para conocer el coste que tendría para los operadores llevar la banda ancha a todas las zonas blancas de la provincia de Zaragoza y la tecnología que utilizarían. Ese proceso ya está finalizado y ahora estamos redactando los pliegos para sacar a concurso la implantación no solo de la banda ancha, también de la telefonía móvil, tanto en las zonas a las que no llegan actualmente como en aquellas en las que el servicio es deficiente.

-¿Cree que la unidad en torno al reto demográfico está devolviendo a las diputaciones parte de su prestigio perdido?

-Las diputaciones no han perdido prestigio, desde luego no más que el que hayan podido perder el resto de instituciones del Estado por la desafección política que se disparó con la crisis y con los escándalos de corrupción. Otra cosa es que algunos partidos hayan optado por el discurso fácil e irresponsable de abogar por la desaparición de las diputaciones, ignorando que son esenciales para sostener a los municipios y a múltiples servicios que los ayuntamientos prestan a los ciudadanos. El problema de la despoblación está ayudando a dar visibilidad a las diputaciones, pero su prestigio se lo ganan día a día con esa labor callada, pero fundamental, que realizan a favor de los municipios y de sus habitantes. Y es un prestigio que entre todos debemos revalidar día a día, con rigor y ejemplaridad en la gestión.

-¿Cómo ve el proceso de negociación del próximo Gobierno de Aragón? ¿Considera viable la fórmula PSOE-Podemos-CHA-PAR-IU que se está explorando?

-Todo proceso de negociación exige esfuerzo, cesiones y voluntad de acuerdo desde la responsabilidad. Los cinco partidos que acaba de citar han demostrado tener esa responsable voluntad de acuerdo y estoy convencido que al final se alcanzará. El PAR no quiere a Podemos ni a Vox en el Gobierno, y el PAR ha sido el que nos ha dado la oportunidad de formar un gobierno basado en la centralidad y la transversalidad pero abierto a seguir desarrollando políticas progresistas. Solo Podemos parece no haberse dado cuenta de que ese es el escenario en el que nos encontramos, pero confío en que finalmente serán responsables y permitirán la formación de un gobierno que evite la repetición de las elecciones.

-¿Lamenta que formaciones como CHA o el PAR hayan quedado fuera de la nueva corporación provincial?

-A nivel personal, por supuesto, porque se trata de dos partidos que siempre han trabajado por el bien de la provincia con lealtad y de manera constructiva. Habría preferido que ellos siguieran y Vox no entrara, pero los resultados electorales son los que son y expresan el sentir de los ciudadanos, así que de nada vale pensar el lo que podía haber pasado.

-¿Mantendrá la apuesta por la difusión turística?

-No solo voy a mantener la apuesta por el turismo en la provincia, sino que lo que pretendo recuperar la competencia. No entendí cómo en 2011 el señor Beamonte eliminó el Patronato de Turismo de la DPZ a favor del Gobierno de Aragón, cediéndole las instalaciones de la plaza de España para instalar la actual oficina de turismo.

-¿Cree que es necesario mejorar la colaboración institucional? Municipios, comarcas y Gobierno de Aragón tienen competencias en la materia.

-Lo que hace falta es coordinarnos para no solapar esfuerzos ni recursos. Además, esa coordinación no solo ha de afrontarse entre administraciones, sino también con las empresas del sector. De hecho, establecer marcos eficaces de cooperación es algo que no solo debería darse en el campo de las políticas turísticas, sino en todos los campos.