Tan preocupados andamos con la inseguridad en el mundo o con la unidad nacional que somos incapaces de identificar los problemas cercanos. El caso de Lam®ita es uno de ellos. La primera madre del año en Aragón mendiga con su retoño en los brazos. Atrapada por su podreza, embaucada por las mafias, recelosa de un sistema que no conoce, Lam®ita es el paradigma de inmigrante abandonada a su suerte. La Administración la busca para ayudarla, pero no la encuentra. Al contrario que este periódico, que ha vuelto a fotografiarla en la calle porque ve en ella un ícono de nuestras miserias cotidianas. Esas que solemos ignorar.