La economía aragonesa se asoma al abismo. Transcurridos ya más de 40 días desde el inicio del estado de alarma, gobiernos, empresas y analistas empiezan a estimar los daños de la hecatombe que está provocando la pandemia del coronavirus y hacen sus cábalas sobre lo que está por venir, con enormes dificultades ante las incertidumbres que persisten y lo impredecible de una crisis que empezó siendo sanitaria y ha acabado instalada en todos los órdenes de la vida. ¿Cuándo, cómo y en qué condiciones podrá iniciarse la senda de la recuperación?

Para tratar de aportar algo de luz a estos interrogantes y conocer el punto de partida, este diario ha analizado el estado de la situación de la comunidad de la mano de tres expertos: José Manuel Lasierra, presidente del Consejo Económico y Social de Aragón (CESA); Santiago Martínez Morando, responsable de Análisis Económico de Ibercaja; y Javier Nieto, decano del Colegio de Economistas de Aragón. Este último forma parte del grupo asesor de economía covid-19 constituido por el Gobierno de Aragón para guiarse en esta crisis, una comisión de expertos que lidera el catedrático de la Universidad de Zaragoza Eduardo Bandrés, quien ha declinado colaborar en este artículo.

PRESENTE CONVULSO: Una caída de la actividad sin precedentes

La pandemia está afectando a la economía aragonesa de forma muy intensa al tratarse de un shock tanto de oferta como de demanda. El impacto de este «agente exógeno», recalca Javier Nieto, está siendo además «de una manera no conocida hasta ahora». «Estamos ante una crisis sin precedentes, más grave que la del 2008, que nos sitúa en un escenario inédito», apunta Lasierra. «Los políticos reticentes a los pactos no son conscientes de la gravedad. Jugar a debilitar al Gobierno es irresponsable», asevera.

Santiago Martínez detalla que los efectos se han ido recrudeciendo con la expansión del virus por todo el mundo. «No estábamos preparados para una pandemia, y eso nos ha llevado a padecerla de forma trágica», lamenta. El analista de Ibercaja sostiene que cuando no había salido de Asia «sólo afectaba desde la oferta», limitando el suministro de algunos productos, pero en cuanto tuvieron que aplicarse también en Europa medidas de aislamiento, la situación «se agravó hasta tal punto que veremos caídas de la actividad sin precedentes fuera de periodos de guerra», apunta.

El estado de alarma ha llevado al cierre de la actividad de muchos sectores, al tiempo que ha impedido la demanda de cualquier bien o servicio que no sea esencial o no pueda realizarse por medios telemáticos. Esto se está traduciendo en una fuerte destrucción de empleo y de empresas. A juicio de Nieto, el impacto final dependerá de dos variables fundamentales. Por un lado, las medidas de estímulo fiscal que se tomen, que «deben lograr el convencimiento de los mercados». Y por otro, la propia evolución de la pandemia.

ANÁLISIS 'DAFO': Fotalezas y debilidades de la comunidad

Entre las fortalezas con que cuenta la comunidad para mitigar los impactos de la crisis destaca el mayor peso del sector industrial -el 24,1% del valor añadido, frente al 17,7% de España-, según coinciden todos los expertos. Esta actividad también se va a ver golpeada, pero en menor medida que los servicios. También pueden ayudar a amortiguar los golpes grandes proyectos que están en marcha como BonÁrea y los centros de datos de Amazon, así como la favorable evolución de la agroalimentación, las energías renovables y la logística, tres sectores algo menos expuestos al desgaste actual.

Otras de las bazas son, según Martínez, el sistema sanitario y haber salido de la anterior «crisis con una economía muy sólida y reforzada». «No hay grandes desequilibrios que amenacen con perpetuar la recesión como sucedió entre el 2008 y el 2013», afirma, al tiempo que insta a aprovechar este momento de «grandes cambios» para implantar reformas pendientes que resuelvan «problemas persistentes» como el mal funcionamiento del mercado de trabajo o la falta de I+D.

El buen nivel de capital humano, la paz social, los clúster o la situación estratégica son otros rasgos a favor de Aragón, según Nieto, que ve además oportunidades para «nuevas líneas de producción que se había abandonado» y para fortalecer el tejido empresarial y consolidar ciertos subsectores agroalimentarios. En el lado contrario, la mayor amenaza es el cierre de empresas, con el impacto en el empleo y la caída del emprendimiento. No ayudan debilidades como el «pequeño tamaño de nuestras empresas» y la excesiva burocracia.

COMPARATIVA: Algo mejor que la media por el perfil productivo

Todavía hay muy poca información, pero la «estructura productiva de Aragón lleva a pensar que su economía se verá menos afectada que la del conjunto de España», augura el analista de Ibercaja. A diferencia de otras crisis, explica, esta amenaza en mayor medida al sector servicios y la recuperación de la industria se prevé comparativamente más rápida. «Esperamos que el impacto sea algo menos severo que en el conjunto de España, dentro de que estamos hablando de una situación negativa sin precedentes», concluye.

En la misma línea, Lasierra recuerda que Aragón «se mueve siempre mejor en todos los parámetros que la media nacional» y augura un menor impacto por la menor dependencia del turismo, el gran pagano de esta crisis.