Zaragoza ha sido escenario en menos de un año de la revolución del patinete eléctrico. Tanto es así que llegó a haber cinco empresas operando en la ciudad, lo que obligó al consistorio a ponerle coto y limitarlas a dos, además de modificar la ordenanza para regular su circulación, solo por carriles bici. También son dos las empresas de bicis compartidas las que se han instalado en la ciudad, y otra de motos eléctricas.

El ayuntamiento quiere diseñar una nueva normativa municipal más completa «y ambiciosa» que contemple todos los Vehículos de Movilidad Personal (VMP), estableciendo límites de velocidad, mejorando la seguridad y seleccionando puntos donde aparcar las unidades.

Este punto está originando quejas ya que bicis y patinetes compartidos acaban estacionados en mitad de la calle, por lo que se han convertido en un obstáculo para los peatones en general y sobre todo para las personas con algún tipo de discapacidad. Por ahora, solo existen zonas recomendadas.