El calentamiento global es una realidad que afecta de forma directa a la cordillera pirenaica, según ha constatado el Observatorio Pirenaico del Cambio Climático (OPCC). En una jornada científica que se está celebrando en Jaca el organismo presentó las nuevas evidencias científicas que confirman su impacto y reclamó una «actuación urgente».

Entre los indicadores aportados, los responsables de los cinco proyectos coordinados que han estado analizando la realidad de la cordillera advierten de la desaparición del 50% de los glaciares pirenaicos en los últimos 50 años, del descenso del volumen de lluvia en un 2% respecto a 1960 o del aumento de la temperatura en 1,2 grados (un 60% más del aumento máximo de la temperatura del Acuerdo de París).

El proyecto OPCC2, que aglutina a todos los demás, tiene por objeto estudiar la evolución del clima en los Pirineos para reducir la vulnerabilidad de los sistemas naturales y humanos ante el cambio climático y apoyar su adaptación a sus efectos negativos mediante estrategias de actuación. Dentro de este paraguas están incluidas las investigaciones REPLIM (sobre lagos), FLORAPYR (sobre los efectos del calor en las plantas), CANOPEE (sobre los sistemas forestales), CLIMPY, (sobre los efectos del clima) o PIRAGUA, que seguirá a lo largo del 2020 y que aborda los recursos hídricos.

Otras de las evidencias que se han expuesto en el foro jacetano tienen que ver con el ascenso de la temperatura media anual de 0,28 grados entre 1959 y el 2015, un ligero descenso de las precipitaciones anuales del orden del 2,5 % por década desde 1960 y, en el caso de la nieve, una destacada reducción de la innivación de las montañas.

Los expertos han podido constatar en sus investigaciones una tendencia clara al aumento de la temperatura en las aguas superficiales de los lagos que pueden afectar a su composición química y biológica, así como una aceleración del proceso de descomposición de las turberas.

Sus responsables detallan disminuciones significativas en el caudal de los ríos pirenaicos y por eso inciden en la necesidad de promover «la cooperación transfronteriza en la monitorización e inventario de recursos hídricos en una territorio en el que la gestión del agua depende de ocho administraciones diferentes y siete agencias del agua».

Destacan además que los Pirineos son la principal fuente de recursos hídricos del noroeste de España, Andorra y el suroeste de Francia, y que su contro es «clave» para mantener el equilibrio ecológico.