La Policía Local de Zaragoza reanudará el próximo lunes, por décimo año consecutivo, la campaña de inspección del transporte escolar. Unos controles más que necesarios cuando se observa que sólo en el curso pasado se detectaron irregularidades en 82 de los 233 vehículos investigados --uno de cada tres--. La mayoría de las infracciones se debieron a problemas con la documentación de los autocares.

La Unidad de Motoristas realizará visitas a todos los colegios --públicos y privados-- que cuentan con buses para el traslado de los estudiantes. Y lo harán de forma aleatoria, sin previo aviso, para investigar si cumplen las normas de seguridad y documentación.

Los agentes se dedican a revisar cuestiones como el número de niños que bajan del vehículo, para constatar que el número de ocupantes por asiento no excede el máximo permitido. Acto seguido se comprueban los permisos del autobús y del conductor, así como los distintivos, los repuestos y los elementos de seguridad que debe llevar de forma obligatoria.

Además, se estudia si el vehículo cuenta con elementos como un extintor, la valla protectora para el asiento de chófer, un botiquín, la correspondiente autorización municipal, el seguro en vigor, la tarjeta de transportes o la ITV en regla, entre otras cuestiones.

La puesta en marcha de este plan coincide con el inicio de las clases en horario de mañana y tarde.