La buena marcha de los trabajos de reforma de Traumatología del Miguel Servet de Zaragoza permitirá a la dirección del hospital trasladar a los pacientes a las plantas ya renovadas a final del mes de noviembre, algo antes de lo previsto. De hecho, gerencia ya ha realizado la compra de todo el material necesario para ocupar los tres pisos superiores, uno de los cuales acogerá instalaciones del centro, mientras que los otros dos estarán destinados a ingresos, con habitaciones dobles, provistas de mobiliario nuevo y de aire acondicionado.

Precisamente, los sistemas de refrigerado son, a día de hoy, una de las novedades más esperadas por los pacientes, que ayer no se quejaban en exceso de las molestias de las obras, pero sí de las condiciones "infrahumanas" del viejo edificio de Trauma que les han obligado a comprar ventiladores de su propio bolsillo para "sobrevivir a los ingresos".

Así lo explicaba Pilar Moneva, a la que una fractura de brazo obligó a estar ingresada "una semana". Sin embargo, los ruidos de las obras han sido "bastante llevaderos", según Lourdes López. "Y, mientras sea para mejorar la instalación, está bien".

A DESTAJO En los exteriores del edificio, los trabajadores de Ferrovial han estado el mes de agosto trabajando "a toda velocidad", según recalcó el propio subdirector de Ingeniería y Mantenimiento, Carlos Barba. Como resultado, en la zona cero de obras ya se puede observar el esqueleto del edificio que comunicará los nuevos quirófanos y las plantas superiores de Trauma. Sin embargo, han desaparecido de la vista todas las antiguas instalaciones, exceptuando la central térmica.

"La obra va incluso por delante de la fecha y antes del 30 de noviembre recibiremos las plantas 8, 9 y 10", explicó Barba. "Además, la parte más molesta de los trabajos, que es la reforma de los ascensores ya está prácticamente concluida. Esta semana, nos entregarán el tercero de los elevadores".

La modernización de estas estructuras obligó durante parte de julio y agosto a dejar el hospital con un sólo ascensor para personal, pacientes y visitas, ya que el otro estaba reservado a camillas. Este diario recogió ayer algunas quejas al respecto del problema que esta situación había supuesto, aunque Carlos Barba respondió diciendo que "las molestias fueron mínimas, sobre todo, teniendo en cuenta el volumen de la obra".

El subdirector asegura que la actividad del hospital no se verá afectada en exceso una vez recuperado el volumen habitual de actividad, cosa que suele ocurrir a mitad de septiembre. "De momento, calculamos que podrían producirse nuevas molestias cuando entreguemos las siguientes plantas para la reforma, cosa que ocurrirá a mitad de diciembre", dijo Barba. "En cualquier caso, no hemos registrado muchas quejas y estamos satisfechos por ello".