Marea Blanca denunció ayer el caso de una persona que, a comienzos de este mes, se vio obligada a permanecer hasta nueve horas en el servicio de Urgencias del hospital Miguel Servet de Zaragoza al no escuchar su nombre por megafonía, debido a una discapacidad auditiva, cuando fue reclamado.

El hombre, de 71 años, fue finalmente atendido a pesar de haber tachado su nombre al no haber respondido a las llamadas.

«Hemos constatado la necesidad de que se establezca un protocolo de actuación, que facilite la accesibilidad a los centros pertenecientes a la sanidad publica aragonesa, de los ciudadanos que padezcan este tipo de discapacidad», indicaron ayer desde el colectivo sanitario, que ha solicitado a la consejería de Sanidad que establezca y ponga en marcha «lo antes posible», un protocolo de actuación para los distintos centros y servicios sanitarios de toda la comunidad autónoma «que dé respuesta a estos usuarios, sin que se vean penalizados por sus carencias auditivas».

Fuentes de Sanidad aseguraron ayer no tener constancia de este hecho.