Nueve meses de prisión. Esa es la pena que ayer aceptó ante el juez una empleada de hogar que robó casi 5.000 euros en joyas a los propietarios de las viviendas en las que estaba contratada.

La acusada, María Olga Navarro Espinosa, se enfrentaba inicialmente a 18 meses de cárcel, si bien la Fiscalía acordó con su abogada defensora, Carmen Sánchez Herrero, la rebaja de la pena si se comprometía a indemnizar a las víctimas. La mujer lo aceptó y su letrada puso en valor que fuera la propia enjuiciada la que fue a la Policía Nacional a decir lo que había hecho.

La procesada admitió que en noviembre del 2016 se aprovechó de la confianza que tenía con los dueños de los pisos para sustraer de sus hogares diferentes diferentes efectos. Todos ellos los vendió en tiendas de Compro Oro.

Una de las propietarias de las viviendas afectadas se percató de que le faltaban algunas pulseras y sortijas y fue directamente a María Olga Navarro para preguntarle si sabía cuál era su paradero. Ella no dudó en admitir que se los había robado por necesidades económicas. La confesión permitió que algunas joyas pudieran ser recuperadas por sus propietarios.