El futuro de Montanuy y los valles que lo rodean pasa por la nieve. Ante la imposibilidad de ampliar la estación de Cerler por Castanesa a corto y medio plazo, el consejero de Presidencia y máximo responsable de Aramón, Roberto Bermúdez de Castro, apostó ayer en las Cortes por construir un nuevo acceso que permitiría a los esquiadores llegar a las pistas desde la N-230 hasta Fonchanina, por carretera, y a partir de ahí con un arrastre que los llevaría directamente hasta los dominios de nieve. El proyecto, que está redactando la sociedad pública, costaría entre seis y ocho millones de euros.

Es la única alternativa que tiene Cerler a corto y medio plazo para mejorar sus resultados porque no hay dinero para más. El proyecto permitiría captar a parte de los esquiadores que los fines de semana se dirigen a las estaciones catalanas por la N-230. Bastaría con mejorar el acceso por carretera hasta uno de los núcleos pertenecientes al municipio de Montanuy, Fonchanina. Esta obra correría de cuenta de la Diputación Provincial de Huesca (DPH). Desde ahí, con un arrastre se podría subir hasta la estación.

Bermúdez de Castro defendió ayer el turismo de nieve y el desarrollo económico que supone. Recordó que las afecciones de las estaciones de esquí en el Pirineo aragonés afecta solo al 3% del territorio, y lamentó que, de otra forma, el territorio se convierte en un "desierto demográfico". Recibió el apoyo de PAR y PSOE. Ambos grupos apostaron por la nieve como la mejor alternativa de futuro para la Ribagorza, y pidieron a los que se oponen, CHA e IU, que den una alternativa.

Ambas formaciones criticaron la especulación urbanística que debía traer consigo la ampliación de Cerler por Castanesa. Ofrecieron alternativas, como la conversión en parque natural de parte del territorio afectado por la macroestación de esquí.