El Ayuntamiento de Zaragoza quiere que el próximo otoño ya estén operando las dos nuevas empresas que se encargarán del mantenimiento de las zonas verdes de la margen derecha de la ciudad y del Parque del Agua. El pliego, además de incrementar su presupuesto hasta los 80,4 millones, reforzará las actuaciones en el arbolado y ampliará las tareas de limpieza en los parques.

Hace un año que el área de Servicios Públicos comenzó a trabajar en la redacción de los pliegos que ayer aprobó el equipo de Gobierno de PP-Cs. La concejala de Servicios Públicos, Natalia Chueca, decidió empezar a trabajar desde cero después de que la propuesta preparada por el anterior Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) fuera recurrida en reiteradas ocasiones ante el Tribunal Administrativo de Contratos Públicos de Aragón. «Hemos objetivizado el pliego para evitar que vuelva a suceder lo mismo», ha explicado Chueca, que lo primero que solicitó fue un inventario de las zonas verdes.

Con un presupuesto anual de 20,1 millones en un contrato de cuatro años (más uno de prórroga), una de las principales novedades es la división del contrato en dos lotes con funciones diferenciadas, de manera que por un lado se licita el mantenimiento de los parques urbanos (15 millones anuales) y, por el otro, las actuaciones en el arbolado de los paseos y bulevares, además del Parque del Agua (5). Chueca matizó que se tendrá en cuenta en la puntuación la empresa que más plantaciones de árboles ofrezca, de cara a cumplir su compromiso de que no queden alcorques vacíos.

Optimización

Según la concejala, esta diferenciación permitirá que las actuaciones sean más precisas y respondan de una forma más óptima y eficaz a las necesidades de cada uno de los espacios. Para conseguirlo se han diferenciado hasta 20 tipologías de zonas verdes con distintas tareas asignadas dependiendo de si se tratan de calles ajardinadas, espacios fluviales, parques o arbolado viario.

El nuevo contrato incluye novedades sustanciales con respecto al vigente, que sigue prestando FCC en reconocimiento de obligación desde el 1 de enero del 2018 y que ha supuesto un sobrecoste de 10 millones para las arcas municipales. Por ejemplo, se reduce el ciclo de poda de ocho a cuatro años, de manera que cada ejercicio tendrán que podarse el 25% de los 170.580 árboles que hay repartidos por la capital; la limpieza en las zonas verdes será diaria, en lugar de dos días a la semana; los vehículos deberán ser sostenibles y de emisiones cero, y no se podrán utilizar productos químicos, como el glifosato.

Además, los servicios deberán estar digitalizados porque una empresa externa se encargará de controlar que se cumplen todas las funciones asignadas. Para facilitar la inspección, se ha elaborado un listado de incumplimientos que pueden ser sancionados.

Según Chueca, dos son los objetivos principales que se persiguen: que se mejore el mantenimiento de las zonas verdes y que se «naturalicen» todos los espacios de la ciudad, fomentando la biodiversidad.