La Policía Local volvió a decomisar anteayer en el Rastro de Zaragoza numerosas armas prohibidas, todas ellas armas blancas, de entre los puestos del mercadillo. Si el fin de semana pasado lo más llamativo eran dos mayales (maza con bola de pinchos), en esta ocasión lo que más impresionaba era la cantidad, casi una veintena de hachas, machetes, puñales y cuchillos de cocina.

Los agentes de la Unidad de Protección Ambiental y Consumo (UPAC) que son los actuales encargados de vigilar el desarrollo del Rastro sin apoyo de la Unidad de Apoyo Policial Operativo (UAPO), apartada por el Gobierno municipal del recinto, unieron fuerzas el domingo para prevenir altercados en el decomiso de estas armas y herramientas. Unos útiles de venta prohibida sin licencia pero que cada vez proliferan más en el mercadillo zaragozano.

Fuentes del sindicato CSL, mayoritario en el Cuerpo en Zaragoza, volvieron a incidir en la falta de seguridad que perciben en el desarrollo de la labor de estos agentes en la revisión, particularmente desde la retirada de la UAPO, que tampoco acaban de saber qué funciones desarrolla los domingos por la mañana. No es una crítica hacia el grupo de élite, sino hacia los planificadores del servicio.

De hecho, mientras la UAPO va restringiendo su labor habitual al control de zonas de ocio nocturno, y apoyos puntuales en dispositivos para los que se la requiera, la UPAC también perdió competencias de control de ruidos en los bares y pasó a controlar en solitario el devenir del Rastro. Un despliegue que cuenta con refuerzos de comisarías de los barrios cercanos si están disponibles, cosa que no ocurrió, según fuentes consultadas, anteayer por la mañana. Hasta el momento,las quejas sobre la falta de seguridad por parte de los agentes no surten efecto.