«Les tengo un regalito, les tengo una buena sorpresa con lo rosa que te comenté, las mujeres se vuelven locas con eso». Esta afirmación es parte de la conversación intervenida por el Grupo I de Estupefacientes de la Jefatura Superior de Policía de Aragón que evitó la introducción de una nueva droga que hasta ahora no se había intervenido en Zaragoza y que está extendida especialmente en el Levante: el Tusi o coca rosa. La organización narco que pretendía comenzar su distribución en la capital aragonesa fue desarticulada y sus componentes detenidos.

El inspector Muñoz, jefe del grupo policial encargado del caso, destaca la peligrosidad de esta sustancia estupefaciente que tiene «un poder adictivo equiparable al de otras sustancias psicoactivas como la metanfetamina». Más cara que la cocaína, unos 150 euros el gramo, altera todos los sentidos y cambia la percepción del mundo con alucinaciones visuales y del pensamiento debido a que combina los efectos alucinógenos del LSD con los efectos enérgicos y eufóricos del MDMA. «Es una droga sintética muy potente y, por lo tanto, muy peligrosa que debemos evitar como sea que se implante y que comience su distribución», recalca. El único parecido con la cocaína es que es en polvo.

Admite, aunque con la boca pequeña, estar satisfecho por la operación denominada Cantinflas en la que participaron agentes de la Unidad de Droga y Crimen Organizado de la Policía Nacional de Valencia. Y es que considera que «el problema sigue estando ahí y los traficantes van a querer llegar a todos los lugares de la geografía española en los que vean que tienen posibilidad de venta y Zaragoza está en sus planes». «No podemos bajar la guardia ni un solo momento, es un nuevo frente que tenemos», afirma.

¿Por qué en un momento de restricciones por la pandemia del covid-19 se quiere introducir una droga que parece estar ligada al ocio nocturno? El inspector Muñoz reconoce que ha cambiado el tipo de consumidor, incrementándose especialmente el de la marihuana y el hachís porque el modelo de fiesta que ahora se desarrolla es «más de casa, más tranquilo». No obstante, apunta a que, «aunque la cocaína rosa es una sustancia muy empleada en las macrofiestas rave, vemos que la intención era explotar los efectos afrodisíacos que tiene en los pisos en los que se ejerce la prostitución». De hecho, esta droga recibe también el nombre de Venus y Eros. Una nueva oferta en las conocidas como fiestas blancas.

El canal de distribución o método de introducción de esta sustancia es similar al resto, señala el jefe del Grupo I de Estupefacientes de la Jefatura Superior de Policía de Aragón. Se fabrica tanto en España como en Colombia, país desde el que se introduce de la misma manera que la cocaína y luego se distribuye por la península. «Con las limitaciones de movimientos los traficantes están teniendo problemas, pero en ningún momento bajamos la guardia y ahora hemos incrementado los controles en los servicios de paquetería», asegura.

El coronavirus también incide en esta realidad que está al margen de la ley. Afirma que se han detectado pases de drogas de manos de los riders, como se conoce a los mensajeros que van en bici, e incluso en supermercados.

Pero el Tusi no es la única alarma que mantiene activada a la Policía Nacional. En la misma semana en la que detenían a cuatro personas con 4.500 dosis de cocaína; 103 pastillas de anfetaminas; 70 gramos de cristal y 177 gramos del polvo rosa, este cuerpo arrestaba a un hombre en Zaragoza con 1.500 pastillas de Rivotril para elaborar la droga de los pobres o Karkubi. Se trata de un ansiolítico que se mezcla con el hachís y que se está extendiendo en el sur del país. Dota al compuesto un elevado poder psicotrópico, que al ser mezclado con alcohol o pegamento proporciona en su conjunto efectos alucinógenos en el consumidor.

«Está siendo el sustitutivo de la heroína que, en estos momentos, en Aragón es muy residual, pero que esta persona estuviera aquí nos tiene que preocupar», asevera el inspector Muñoz. Este agente explica que la fabricación de esta droga es más barata en España que en Marruecos, de donde es originaria. La diferencia es que ese medicamento se vende por 2 euros con receta aquí frente a los 300 del país vecino. De ahí que el tráfico de esta droga vaya unido a la falsificación de recetas. «Los colegios de farmacéuticos están avisado para evitar lo que los compañeros vieron en la detención del otro día», apostilla.

Dos nuevas drogas que se unen a la lucha diaria que los agentes de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de la Jefatura Superior de Aragón realizan contra la cocaína, el speed, la marihuana o el hachís, entre otras.