La moción de censura que ha concluido con el desalojo del Partido Popular de La Moncloa y la investidura del socialista Pedro Sánchez como presidente del Gobierno de España se ve con cierta expectativa en Aragón, que ya prepara su batería de asuntos pendientes y de viejas reivindicaciones incumplidas para ponerlas sobre la mesa del nuevo jefe del Ejecutivo estatal, que hoy mismo ha prometido su cargo ante el rey Felipe VI.

Hace ya un año que no se reúne la Comisión Bilateral Aragón Estado, que el Estatuto de Autonomía fija como el instrumento principal de relación entre la Comunidad Autónoma y el Estado en el que impulsar actuaciones y planes conjuntos para el desarrollo de políticas comunes y diseñar mecanismos de colaboración en los distintos ámbitos sectoriales donde confluya el interés de ambas administraciones.

En la última, celebrada el 27 de junio de 2017 en Zaragoza, el Estado aceptó "reflexionar" sobre la posibilidad de implementar el acuerdo bilateral de financiación que prevé también el Estatuto de Autonomía en su artículo 108, pero lo cierto es que estos trabajos están en mantillas y no se esperan soluciones a corto plazo.

También tiene pendiente el nuevo Gobierno la reforma del sistema de financiación autonómica y en el ánimo del ejecutivo aragonés que preside Javier Lambán está que en esta reforma se apliquen criterios determinantes para la comunidad, como la despoblación, el envejecimiento, la dispersión y la especial orografía del territorio, que hace que la prestación de los servicios básicos, como la Sanidad o la Educación, se encarezcan mucho más.

Precisamente la urgente presentación de la estrategia nacional contra la despoblación es una de las reivindicaciones del Ejecutivo autonómico, después de que esta lucha se asumiera como cuestión de Estado en la Conferencia de Presidentes celebrada en enero de 2017 y de que el Gobierno central anunciara en enero de este año que el borrador de este documento, esencial para Aragón, se iba a presentar "en pocas semanas".

Tras la reciente decisión tomada en Aragón de reformar el impuesto de Sucesiones para que los aragoneses no sigan siendo los españoles que más pagan por heredar, también aspira el Gobierno autonómico a que en el seno del Consejo de Política Fiscal y Financiera el nuevo ministro de Hacienda que nombre Sánchez auspicie una armonización de este impuesto para evitar el llamado "dumping fiscal" generado por los presidentes autonómicos, incluso socialistas, que han decidido en la práctica casi eliminarlo gracias a bonificaciones o exenciones.

El ya expresidente Mariano Rajoy recibió a Lambán el pasado 18 de abril, pocos días después de una nueva crecida del Ebro que anegó miles de hectáreas en Aragón y provocó importantes daños.

A este respecto, Lambán exigió a Rajoy, más allá de medidas de urgencia a corto plazo, otras obras de mayor calado y, en ese contexto, el entonces presidente del Gobierno se comprometió a avanzar en el estudio de un plan que evite en el futuro los desbordamientos, reto que ahora tendrá el gabinete de Sánchez sobre la mesa.

Sobre la que se encontrará además Sánchez la exigencia de que asuma las tradicionales reivindicaciones de la comunidad en materia de infraestructuras y de que ejecute las partidas previstas para ello en los presupuestos del Estado para 2018, que el nuevo presidente se ha comprometido a respetar.

Otra de las preocupaciones del Gobierno de Aragón es cómo se implanta en Aragón la extensión de la banda ancha en la comunidad y conseguir que las alrededor de 65.000 personas que viven en las zonas más aisladas dispongan de internet.

Finalmente, ambos ejecutivos deberán de encontrar una solución al conflicto abierto en torno a la ley de capitalidad de Zaragoza y su artículo 14, el que esgrimió el Gobierno de ZeC en el Ayuntamiento para cambiar la composición de las sociedades municipales y hacerse con su control.

En el caso de que no se llegue a un acuerdo, el anterior Gobierno anunció la presentación de un recurso de inconstitucionalidad que suspendería de inmediato la aplicación de los artículos sobre los que discrepa.