El nuevo párroco de Sádaba, José Manuel Pérez, acudió a su presentación arropado por los vecinos de Sallent de Gállego, el municipio donde ha estado durante 18 años. Así, dos autobuses de la localidad oscense se trasladaron hasta la cincovillesa para acompañar al sacerdote en un acto en el que no querían que se encontrase "solo". "No sabíamos cómo iban a reaccionar los sadabenses, quienes sabemos están indignados por la marcha de su cura", explicó Jesús, un vecino de Sallent.

No iban desencaminados, puesto que fue superior el número de asistentes de la localidad pirenaica, que de los de Sádaba, quienes se resisten a apoyar la decisión del Obispo de Jaca de trasladar al que ha sido el cura durante 30 años, José Luis Casasús. Aunque, aquellos que se acercaron hasta el templo de Santa María lo hicieron con respeto y en ningún momento se registraron incidentes.

La ceremonia de presentación fue presidida por el Obispo de Jaca, Jesús Sanz, quien estuvo acompañado de trece sacerdotes, entre ellos varios de la comarca (Uncastillo, Castiliscar, Sos, Biota, Erla..), así como de Casasús, quien, a partir del 26 de septiembre, lo será de Panticosa.

El obispo explicó en la homilía que tras un periodo de acercamiento a las respectivas parroquias, había tomado la decisión de "reordenar" la diócesis, porque los cambios son necesarios "y traen consigo nuevos aires mas enriquecedores". Además, señaló que ésta es sólo una de las medidas que va a tomar "a favor del conjunto de la comunidades incluidas en el obispado de Jaca y Huesca", que preside desde hace 9 meses.

Sanz apuntó también que "ha seguido con preocupación el caso del traslado de José Luis" y la inquietud que ha despertado entre los vecinos de Sádaba. Si bien, todas las iniciativas que han llevado a cabo los sadabenses (campaña de recogida de firmas, manifestaciones...) son interpretadas "como una muestra de cariño hacía el sacerdote, pero que, en ningún caso, la iglesia los acepta como elemento de presión".

Por su parte, José Manuel Pérez hizo mención en su toma de posesión al apoyo que ha recibido por parte de los vecinos de Sallent, a los que agradeció "haberle acompañado en esta nueva andadura", en la que espera contar con el apoyo de los sadabenses. Para ello, ahora se plantea "ver, oír y callar", para estudiar la situación e iniciar su labor "según las necesidades de la parroquia".

José Luis Casasús, por su parte, no dijo ayer nada públicamente y esperará al domingo para despedirse definitivamente de los feligreses de Sádaba, después de 30 años.