El Consejo de Protección de la Naturaleza de Aragón (CPNA) dio ayer el visto bueno al dictamen de la DGA para declarar la Reserva Natural del Aiguabarreig y el Paisaje Protegido del Bajo Ebro aragonés. La decisión del consejo ante una medida cuyo fin último es poner trabas administrativas al trasvase del Ebro no fue unánime; hubo un voto en contra y alguna abstención. Y el debate dejó ver la posibilidad de que la Administración central recurra la medida por un conflicto competencial.

El departamento de Medio Ambiente de la DGA quiere poner bajo protección todo el entorno del embalse de Mequinenza. Más allá del objetivo medioambiental, la meta perseguida es blindar uno de los tres embalses que se quieren utilizar para trasvasar agua del Ebro.

El CPNA no entró en este debate, aunque lo tuvo presente y es consciente de él. Pero ya se pronunció sobre la cesión del Ebro, que rechazó por sus negativas consecuencias ambientales, según el presidente del consejo, Joaquín Guerrero. Sí dio el visto bueno al dictamen para proteger estos espacios, con un voto en contra. Este podría corresponder al del representante de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), porque fue acompañado de un voto particular que advierte sobre el posible conflicto de competencias entre el organismo de cuenca y la DGA.

De hecho, Joaquín Guerrero consideró posible que la Administración central recurra ante el Tribunal Constitucional estas medidas. "Están los ánimos álgidos", dijo.

Polémicas aparte, el presidente del consejo aplaudió la decisión de proteger nuevos entornos y sugirió que los límites marcados "son revisables", porque el espacio a conservar podría ser mayor.

Tras esta consulta, la declaración sigue sus trámites.